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EL FUTURO DE LAS UNIVERSIDADES MADRILEÑAS

El expediente debe puntuar más que la selectividad, dice el director de Universidades

Las pruebas de acceso a la universidad no deben desaparecer: ni siquiera cuando la oferta de plazas supere la demanda de los estudiantes, lo que sucederá en el 2005. Sin embargo, sí sería deseable que este ejercicio perdiera trascendencia en beneficio del expediente académico obtenido por el alumno a lo largo de los cuatro años de BUP y COU. El razonamiento lo desarrolló ayer el director general de Universidades, Vicente Ortega, que defendió las actuales pruebas como un aliciente para que los estudiantes "se esfuercen". "Quitar pruebas significa reducir el nivel de la enseñanza", argumentó.

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Al inicio de este curso 1997-98, más de 8.000 jóvenes que anhelaban comenzar sus estudios en la universidad pública madrileña debieron renunciar a tal objetivo porque su nota en el ejercicio selectivo no fue suficiente. Esta bolsa de demanda no satisfecha debe reconducir sus pasos a la universidad privada -con matrículas diez veces más caras que en la pública- o esperar todo un año para intentar subir su calificación.El desequilibrio entre la oferta y la demanda se resolverá en Madrid en torno al año 2005. Para entonces, la sexta universidad de la región, la Rey Juan Carlos, ya estará funcionando a pleno rendimiento, al tiempo que las peticiones de acceso a la universidad descenderán drásticamente como consecuencia directa de la caída de la natalidad. Este fenómeno, de hecho, ya se está dejando notar: cuando el Gobierno regional asumió las competencias universitarias, en 1995, el volumen de demanda insatisfecha rondaba los 12.000 casos.

Vicente Ortega confirmó ayer, en un encuentro con periodistas, que los problemas con los que ahora se enfrenta la administración por culpa de la selectividad "habrán desaparecido" en cuestión de siete u ocho años. "El dramatismo de hoy es que no hay plazas suficientes para todos", enfatizó. Sin embargo, la controvertida prueba debe seguir vigente, subrayó Ortega, incluso a partir de ese momento en el que se crucen las curvas de la oferta y la demanda. Y remarcó, en tono crítico: "Una prueba siempre significa que el estudiante se esfuerce. Y todo lo que signifique quitar pruebas supone reducir el nivel de la enseñanza. Sobre todo si se viene de un modelo en el que no se ha hecho ninguna, como sucede con la Logse".

A partir de ese año 2005, la selectividad debe servir, según la concepción de Ortega, para "promover la competencia entre las universidades" que ofrecen la misma titulación, lo que redundará en una mejora en la calidad docente. El caso más evidente es el de Derecho, disponible en la Complutense, la Autónoma, Alcalá y Carlos III: actualmente, la rivalidad entre los distintos campus es sólo relativa, ya que, como dicen los rectores, "hay alumnos para todos".

Currículo más determinante

El director general se mostró partidario, además, de que la prueba selectiva no resulte tan determinante como hasta ahora a la hora de calcular la nota final del futuro universitario. En la actualidad, la calificación media de BUP y COU hace media, a su vez, con la nota de la selectividad. "Yo soy partidario de dar más peso a un currículo de cuatro años que a una evaluación de tres días", sugirió el responsable regional.Vicente Ortega adelantó, por otra parte, que el precio de las matrículas en las universidades públicas madrileñas aumentará entre dos y tres puntos de cara al año 1998-99. El incremento para el presente curso ascendió a un 4% y fue uno de los más elevados de toda España, lo que suscitó la airada protesta de diversos colectivos estudiantiles de ideología progresista.

La estrategia que los directores generales de las diferentes Comunidades han establecido para la temporada que viene es la de homogeneizar esta tasas. En consecuencia, Madrid establecerá una subida muy llevadera: igual al índice de Precios al Consumo (2, 1) o, como mucho, un punto por encima.

200 millones en becas

Esta medida es contraria al criterio de Ortega, firme partidario de una subida "sensible" que permita, a su vez, aumentar las ayudas públicas. La consejería de Educación convocó hace un mes, precisamente, 200 millones en becas complementarlas a las del Ministerio de Educación y Ciencia. Los requisitos económicos son los mismos, pero se redujo el nivel de exigencia académica. El plazo de solicitud de las ayudas se ha prorrogado hasta el próximo día 27, puesto que las peticiones han sido, hasta ahora, muy escasas. "Los estudiantes no se han enterado mucho, quizás porque estaba la Semana Santa de por medio", apuntaron los responsables de la consejería. El presupuesto para las universidades madrileñas en 1998 asciende a 101.000 millones de pesetas, lo que representa el 1,17% del Producto Interior Bruto (PIB). Ortega anunció que su objetivo es alcanzar el 1,3% del PIB, "como sucede en nuestro ámbito europeo". Los rectores de la región elevan sus pretensiones hasta los 1,7 puntos para equipararse con la OCDE, donde también se encuentran EE UU y Canadá.

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