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Alerta en Israel tras el asesinato de un líder de Hamás

, El grupo radical Hamás juró ayer vengarse con atentados contra Israel por el asesinato de su jefe miitar y uno de sus fabricantes de bombas, Mohiedín al Sharif, que apareció muerto el pasado domingo en extrañas circunstancias. La amenaza ha sido tomada en serio por el Gobierno israelí que ha decidido adelantar la alerta de sus fuerzas de seguridad prevista para el comienzo de la Pascua Judía y hace responsable a la Autoridad Palestina de un eventual atentado.

El Consejo Legislativo (Parlamento) palestino emitió ayer un duro comunicado en el que acusa del asesinato al Gobierno de Benjamín Netanyahu y asegura que "el momento elegido y los objetivos de este abominable crimen indican que Israel trata de restaurar la atmósfera de violencia que le permita eludir sus responsabilidades derivadas de los acuerdos firmados".El Gobierno israelí ha negado toda responsabilidad en la muerte de Al Sharif, quien sin embargo encabezaba la lista de los criminales más buscados por sus servicios de seguridad. Los responsables israelíes han mantenido contactos con la Autoridad Palestina (AP) para reiterar su postura y exigir, al mismo tiempo, que el Gobierno de Yasir Arafat haga lo posible para evitar un nuevo estallido de violencia.

"Si se nos achaca algo que no hemos hecho y por ello se produce un atentado en nuestra zona, responsabilizaremos a la Autoridad Palestina", declaró Netanyahu.

El cuerpo de Mohiedín al Sharif fue hallado durante la noche del miércoles en el interior de un vehículo que sufrió una fuerte explosión en las inmediaciones de la ciudad, palestina de Ramala. La autopsia que le fue practicada reveló, sin embargo, que había muerto de heridas de bala tres horas antes de la deflagración.

El Gobierno israelí aseguró inicialmente que se trataba de un terrorista, al que le explotó la bomba con la que preparaba un atentado en Jerusalén. Luego cambió su versión y justificó la muerte con "presuntas" disputas internas en la organización radical Hamás. No han faltado tampoco las voces que responsabilizan a la AP de la muerte del ingeniero número dos (el anterior ingeniero, Yehia Ayash, fue asesinado en enero de 1996 por una bomba colocada en su teléfono móvil, cuya sofisticada instalación se atribuye a los servicios secretos israelíes).

Ante la negra sombra de crimen de Estado, independientemente de la autoría, los seguidores de Hamás reclamaron ayer venganza durante el funeral celebrado en Ramala, al que asistieron varios miles de personas. "Queremos oír explosiones en Tel Aviv", clamaban los simpatizantes del grupo. "Pagarán con 90 féretros", aseguraba un pasquín distribuido durante el acto. Las fuerzas de seguridad palestinas vigilaron la celebración desde la distancia, para evitar una confrontación directa con los seguidores de Hamás.

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Responsables de la AP se reunieron también en Gaza con dirigentes del grupo para pedirles que no lancen una campaña de atentados, "ya que no ayudarían a la causa palestina". Además les prometieron una rápida investigación sobre las circunstancias de la muerte.

El Gobierno israelí también ha pedido celeridad en las investigaciones a la Autoridad Palestina, con la aparente seguridad de que no se encontrarán pruebas de su participación. De momento, la policía de Arafat ha detenido a una decena de personas que habían tenido relación con Al Sharif en los últimos días de su vida.

Pero en un desafío tendente a demostrar que la muerte de uno de sus miembros no afecta a su estructura, Hamás ha nombrado ya a un sucesor para El Ingeniero. Se trata de Adel Audallah, que está siendo buscado por Israel por su, presunta participación en los últimos atentados del grupo terrorista.

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