Niños a los 40
El trabajo del investigador científico se encuadra en un mundo muy competitivo donde la renovación es constante. En ciencia prima lo original, lo publicado es ya historia y nos sirve únicamente de base para alcanzar otros logros y, sobre todo, para no duplicar esfuerzos. Así, esa idea tan maravillosa que intento confirmar con mis últimos experimentos... ha quedado pulverizada cuando leo que fue publicada la semana pasada. Todo mi trabajo ha sido devaluado de golpe y no puedo dejar de pensar -si en vez de 12 horas diarias hubiera trabajado 14, si hubiera contado con más medios...- y el sentido de frustración es inevitable. En fin, la investigación hoy es una jungla donde la supervivencia científica es muy dificil. No se trata sólo de tener vocación y un buen expediente, hay que valer. Por otra parte, la formación básica para salir adelante en un mundo competitivo es costosa. Se ha calculado que entre 20 y 30 millones por persona en los primeros 6-8 años (4-5 de tesis doctoral y 2-3 de estancia posdoctoral en algunos de los mejores laboratorios del mundo). Así, los años más productivos de un investigador están comprendidos entre los 30 y los 50.España, durante los últimos años, ha realizado un considerable esfuerzo para formar investigadores, que envía al extranjero para culminar su formación en las mejores universidades y centros de investigación. Sin embargo, después de este periodo, cuando ya son operativos, no les ofrece suficientes expectativas, por lo que muchos de ellos continúan trabajando en el extranjero y dejando allí sus frutos. Otros regresan y se encuentran con un panorama desolador: las puertas de la universidad cerradas (quien fue a Sevilla perdió la silla) y sólo pueden optar por los célebres contratos de reincorporación. Es frecuente pasar varios meses en el paro sin cobrar ningún tipo de subsidio por haber sido becario toda la vida. En el mejor de los casos, se puede conseguir un contrato como PIC (Personal Investigador Contratado). Son contratos por obra y servicio y su duración máxima es de 36 meses improrrogables.
Este colectivo tiene una edad media de 35 años, aunque alguno supera los 40, y a pesar de que muchos de sus componentes tienen un currículum a la altura de catedráticos de Universidad o profesores de investigación CSIC, siguen siendo tratados como niños. No se les permite solicitar contratos de investigación (por lo que mucho de lo aprendido en el extranjero no se incorporará al sistema científico español) y su consideración por parte de la Administración es muy baja. Además de no poder participar en proyectos -y por lo tanto no tener autonomía económica-, dependen en todo de la buena voluntad de sus compañeros funcionarios, no pueden participar en las votaciones de los departamentos... A pesar de exigir el grado de doctor y una estancia mínima en el extranjero de dos años para poder optar a uno de estos contratos, su sueldo es muy inferior al de un profesor de la escuela secundarla pública o privada que está haciendo una sustitución (al que sólo se le exige el grado de licenciado).
Todo este tipo de tratos discriminatorios nos hacen sentirnos ciudadanos de segunda categoría. No olvidemos que en este colectivo se encuentran los mejores expedientes académicos universitarios y que muchos de ellos cuentan con un currículum científico comparable con el de los mejores científicos de los países más desarrollados. Nosotros no podemos dejar de preguntarnos por qué en uno de los periodos más productivos de nuestra vida de investigadores se nos desaprovecha de esta manera. Nuestras expectativas no pasan por ser funcionarios o por un aumento de sueldo; simplemente, pedimos no seguir siendo considerados como niños en nuestros institutos. Queremos tener los mismos derechos que los investigadores funcionarios y unos contratos estables renovables en función de nuestra producción científica. Esto nos permitiría poder mantener una familia y continuar desarrollando nuestra vocación científica y aportando conocimientos al país. No pedimos más.-
y 18 firmas más PIC de la Estación Experimental del Zaidín (CSIC). .
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.