Los ministros de Pesca de la UE alcanzan un acuerdo político para suprimir las redes de volantas desde el 2001
Los ministros de Pesca de la Unión Europea llegaron ayer a un acuerdo político para eliminar las redes de volantas, a más tardar a lo largo del año 2000. De llegar a oficializarse ese acuerdo en el consejo del mes de junio, la costera de bonito de mayo del 2001 será la primera en que ya esté en vigor la prohibición total de esas redes. La única excepción será el mar Báltico, donde su uso se ciñe a la pesca del salmón en las desembocaduras de los ríos sin que se vean afectadas otras especies.En el consejo de ayer se dibujó una clara mayoría en favor de la propuesta de compromiso planteada por la presidencia británica, que tuvo la habilidad de conceder a los tres reticentes (Francia, Italia e Irlanda) un año suplementario de actividad. ¿Cómo? Reduciendo a mero debate de orientación la discusión de ayer, sin permitir que pueda ser votada hasta junio. De esta forma la entrada en vigor de la nueva norma ya no afectará a la costera de este año.
Eso no bastó para convencer a Francia, que tras el consejo mantuvo su decisión de votar en contra. Pero Irlanda e Italia acabaron cediendo, aunque su posición no puede considerarse definitiva hasta que llegue la votación de junio. Ambos cedieron por la concesión de ayudas a la retirada de las volantas, que serán mayores cuanto antes se formalice la retirada, de modo que un barco que renuncie a su uso en 1999 recibirá más subvención que el que lo haga en el 2001. Italia aún pretende que la prohibición afecte también al mar Báltico, en un intento de lograr que los países escandinavos rechacen el acuerdo. Pero éstos aseguraron ayer su apoyo a la propuesta de la presidencia.
España, gran defensora de la eliminación de estas artes, se declaró satisfecha por el acuerdo político. A pesar del retraso de un año provocado por la presidencia, la ministra Loyola de Palacio estaba dispuesta a aceptar un periodo transitorio hasta de cuatro años, con la condición de que la prohibición acabara siendo total, salvo la excepción del Báltico.
El uso de redes de malla a la deriva ha provocado incidentes muy graves entre la flota española y las de Francia, Italia e Irlanda. Los españoles han denunciado reiteradamente que algunas flotas utilizan redes superiores al largo máximo permitido (2,5 kilómetros), por lo que acaban esquilmando no sólo los bancos de bonito sino los de cualquier otra especie que circule por la zona, incluidos delfines y cetáceos.
En la costera de este año, que se inicia en la última semana de mayo, las autoridades españolas temen que se vuelvan a repetir los incidentes, por lo que han pedido ya a la Comisión Europea el envío de inspectores a los barcos para controlar si las redes se ajustan a la legalidad. Francia posee una flota de 72 barcos con este tipo de artes, de los que suelen faenar unos 50 al mismo tiempo. La flota italiana es mucho mayor, más de 600 barcos, aunque tecnológicamente más atrasada. Franceses e irlandeses faenan principalmente en aguas del Atlántico, mientras los italianos han sido repetidas veces denunciados por las organizaciones ecologistas por su actividad en aguas del Mediterráneo.
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