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Ana Rosetti y Chano Lobato explican 'las cosas de Cádiz'

La Tribuna de Andalucía que el pasado enero recibió a Antonio Muñoz Molina para tratar de explicar la esencia de Jaén, recibió ayer en el Círculo de Bellas Artes de Madrid a la escritora y poetisa Ana Rosetti y al cantaor, narrador y humorista Chano Lobato para tratar de explicar Las Cosas de Cádiz. Tenían que hacerlo en más o menos una hora, pero lo malo no era el tiempo, sino el lugar. Cádiz, nada menos, "un cachito de tierra que le ha robaíto al mar", según cantó Lobato por alegrías, el sitio donde las gaditanas se hacían tirabuzones con las bombas que tiraban los fanfarrones, la patria de Alberti, de Falla, de Pericón, de Ignacio Esteleta, de Macandé el loco, "que tenía una voz prodigiosa y se volvió majara porque se casó con una muda, y los hijos le salieron también mudos".Y aparte de todo eso, "un sitio de una pequeñez universal donde nació la Pepa (la Constitución de 1812)" que, para Rosetti, "recogió el espíritu europeo y sembró la semilla de la libertad en América". La poeta habló de palabras nacidas en Cádiz y ex portadas al Diccionario de la Real Academia. Buceó en ese habla indescifrable, negra, llena de compás y sonoridad.

Imágenes y recuerdos

Rosetti atribuyó a Cádiz el nacimiento de los sentidos modernos de conceptos portuarios como liberal, romántico, cursi y dejó algunos dichos, "que traen más de mil imágenes, recuerdos y sensaciones: guachismai (palabra comodín, que sirve para todo y sobre todo para lo bueno); embarcar la pelota en la tapia (colarla al otro lado) o el carro de la nieve (por el carro del hielo)". Y dio pie a Chano preguntándose de dónde venía la expresión "ese está macandé". Y Lobato se explayó -ante un auditorío en el que estaban los ilustres José Menese y Pilar López- tanto que Gonzalo Torrente Malvido reclamó para el cantaor el Premio Nacional de Literatura.Entre aplausos y carcajadas, Chano cantó el pregón de los caramelos de Macandé, la malagueña de El Mellizo, unos tangos llenos de humor y compás, mil embustes del barrio de Santa María (el pulpo que mantenía a Pericón, el pececito que le trajo un reloj de Ceuta ... ), confesó que de pequeño le apodaron Cohete porque bailaba muy ligero las bulerías y homenajeó al gran mentiroso y esencialista Ignacio Esteleta: "Tenía tanto empaque que una vez Lorca le preguntó: '¿usted dónde trabaja?' Ignacio le dijo: 'Yo soy de Cádiz, señor".

Así que, resumiendo, Cádiz, pequeña y húmeda, es además todo esto: libertad, libertinaje, vacile, ironía, guasa, pereza, talento, rapidez, irreverencia, fraternidad, malas lenguas, pasión, sabor, mar, desgracias, imaginación, pobreza, desenfado, chistes, chismes y revolución. O bien, en palabras de Torrente, el brazo armado de la literatura: "Todo lo que le falta a España para ir bien de una puta vez".

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