Los 'marcapasos inteligentes' reconocen los cambios del paciente
Un individuo con un marcapasos puede llevar una vida normal. Pero según sea el tipo de artilugio que lleve insertado en su pecho soportará mejor los cambios de actividades que realice al cabo del día.Por ejemplo, hasta ahora, a los marcapasos les daba igual que el paciente estuviera en reposo o que subiera cien escaleras. Su corazón siempre marchaba a 60-70 latidos por minuto porque así lo había programado el especialista cuando lo colocó en su pecho. A esa frecuencia, se fatigaba subiendo peldaños porque con el ejercicio su corazón hubiera necesitado más estímulo energético que el programado; y esa cantidad también hubiera tenido que variar -en este caso, a menos- cuando el paciente se fuera a dormir y el músculo aminora su actividad.
Sin embargo, de los nuevos marcapasos no se puede decir que ni sientan ni padezcan. Al contrario, "toman decisiones como un piloto automático", explica Jesús Rodríguez García, jefe de la unidad coronarla del hospital Doce de Octubre de Madrid. "Y sin esa intervención externa del médico se adaptan en cada momento a las necesidades metabólicas del paciente", continúa. Esto es posible porque los marcapasos inteligentes -recién iniciada su implantación- incorporan en un solo modelo todos los automatismos conocidos.
Para empezar, contienen dos sensores -los antiguos sólo llevaban uno- que se ponen de acuerdo para medir una determinada señal biológica del individuo y estimulan al corazón con más o menos frecuencia, tal y como se comporta un corazón normal. "Así, la capacidad de hacer ejercicio del individuo o sus hábitos no los determina el que lleve marcapasos, sino su estado previo general", dice el cardiólogo. Es decir, si el individuo está en buena forma, el hecho de llevar ese artilugio no le impedirá continuar así.
Escucha las emociones
Pero a estos nuevos aparatos se les llama inteligentes porque también escuchan las señales emocionales del paciente. Un disgusto o una carcajada provocan diferente frecuencia cardiaca, a lo que el nuevo marcapasos se adaptará cambiando su ritmo.El corazón es un músculo, que posee un centro automático que emite impulsos. Las razones que obligan a portar un marcapasos -que tiene un volumen similar a dos monedas juntas de 500 pesetas- son dos: que ese centro automático esté enfermo (enfermedad del nódulo senal) o que el paciente sufra bloqueo -comúnmente llamado síncope- porque el centro automático, aun estando correcto, arrastre un defecto en la transmisión de los impulsos energéticos. "Los nuevos no sólo están pensados para evitar el síncope, sino para anadir calidad de vida", opina Rodríguez.
Los marcapasos inteligentes, beneficiados por el desarrollo de la microinformática y de la electrónica, incluyen otras cualidades. Posee un mecanismo, denominado de autocaptura, que le confiere capacidad para dar la cantidad exacta de energía que necesita el corazón para contraerse, sin derrocharla. "Cinco voltios pueden ser mucho para un momento dado y pocos para otros", observa el cardiólogo.
Y si el individuo sufre una taquicardia (alteración de los latidos), son capaces de diagnosticar si es benigna o maligna y reaccionar en consecuencia. Estos marcapasos añaden otro pequeño sistema (holter) que registra la frecuencia cardiaca durante 24 horas.
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