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El Ecofin asume sin oposición la propuesta de Waigel para endurecer el acceso al euro

Xavier Vidal-Folch

ENVIADO ESPECIALLos ministros de Economía y Hacienda de la Unión Europea (UE) encajaron este fin de semana en silencio, pero sin oposición, la propuesta de su colega alemán el estricto Theo Waigel, para endurecer las condicíones de acceso de sus divisas a la moneda única europea. El plan, anunciado durante el Ecofin informal que se ha celebrado en la ciudad inglesa de York, se detallará antes de la cumbre del euro del primer fin de semana de mayo. Pretende, sobre todo, garantizar que Italia no se desvíe del rigor presupuestario.

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En ningún momento ocultó Waigel ante la prensa el carácter electoralista de su propuesta. "Queremos demostrar a la opinión pública [la alemana sigue reticente ante el ingreso de la lira en el euro y las elecciones generales se celebrarán el próximo otoñoj que perseveramos en nuestra preocupación de estabilidad", ilustró.Sólo le respondió el británico Nigel Wicks, presidente del Comité Monetario. Opinó que se trata de "una idea importante" y anunció que se propone detallar la propuesta para que la estudie el Ecofin en su próxima reunión de abril. El propósito es que la aprueben los jefes de Gobierno en la solemne cumbre del euro (1,2 y 3 de mayo). Los demás callaron, y como quien calla otorga, las ideas de Waigel volvieron a penetrar el corazón de la Unión, por la expeditiva vía del silencio administrativo.

Waigel explicó a la prensa que su proyecto de extremar el control presupuestario para garantizar la sostenibilidad de la austeridad presupuestaria, contiene estas medidas:

Presupuesto de 1998. La idea es vigilar estrechamente la ejecución de los presupuestos de cada Estado miembro para el presente ejercicio. "Y si se producen desviaciones, reaccionaremos inmediatamente para corregirlas", precisó el ministro alemán.

Presupuesto de 1999. Se propone que el Ecofin -y si conviene, con anterioridad, la Comisión- examine "lo antes posible" todos los proyectos de los presupuestos nacionales, para verificar "compatibilidad con el Pacto de Estabilidad".

Pacto de Estabilidad. "Nos comprometeremos a comportarnos como si el Pacto de Estabilidad estuviese ya en vigor", enunció el ministro alemán. Este escueto anuncio encierra bastante ambigüedad, porque jurídicamente resulta complicado anticipar el mecanismo de sanciones previsto por dicho pacto (depósitos convertibles en multas de hasta medio punto del PIB del país infractor) al ejercicio de 1998. Quizá se limite a una presión moral para acelerar aún más la reducción del déficit y de la deuda.

Reducción de la deuda. Un compromiso para reducir "inmediatamente" el nivel global de la deuda pública y reconducir el segmento de la deuda pública a corto plazo hasta "un nivel soportable". No se precisa cuál es ese nivel. Este punto está directamente dirigido a Italia, por la desconfianza alemana de que disminuya su endeudamiento (actualmente es del 122,6% de su PIB) al ritmo que considera necesario. El Pacto de Estabilidad endureció el control del déficit, pero dejó abierto el. asunto de la deuda. Con este complemento, busca evitar relajamientos en este ámbito.

No más transferencias. La responsabilidad de la consolidación presupuestaria corresponde única y exclusivamente a los quince Gobiernos de la UE. De manera que ésta evitará "cualquier tipo de transferencia suplementaria" en los fondos estructurales o la creación de mecanismos de solidaridad como el Fondo de Cohesión. Traducido en plata, los ricos se abstendrán de enviar nuevas transferencias a los pobres, aunque su mantenimiento en el euro suponga para éstos un mayor sacrificio relativo, o se demuestre dramático. Por ejemplo, si la deuda de un país crece excesivamente no recibirá ninguna ayuda de sus socios y tendrá que optar por un aumento de los tipos de interés para atraer financiación suficiente.

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