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Decenas de miles de italianos desfilan en Nápoles contra el paro y el crimen organizado

Una protesta masiva contra el crimen organizado y contra el desempleo que estrangula la vida en el mezzogiorno, el sur italiano, reunió ayer en Nápoles a decenas de miles de personas de las más variadas extracciones sociales y políticas. Entre 50.000, según la policía, y 80.000 manifestantes, según los sindicatos convocantes, desfilaron por el corazón de la ciudad, portando banderas y pancartas en las que se leía la palabra lavoro (trabajo) y consignas contra la Camorra, la organización criminal que ha provocado 30 muertes en Nápoles desde comienzo de año.

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También se desarrollaron manifestaciones menores en otras ciudades de la región de Campania, donde fue seguida masivamente la huelga general convocada por los sindicatos y en la capital siciliana, Palermo.A la cabeza de la marcha, que contaba con el apoyo del arzobispo de Nápoles, cardenal Michele Giordano que la había calificado de "protesta justa", figuraba el alcalde, Antonio Bassoli no (del PDS, ex comunista), pero en ella participaron también el líder de la patronal de comerciantes italianos, Sergio Billé y representantes de asociaciones parroquiales, grupos del voluntariado y de Cáritas. La protesta contó con el apoyo del presiden te de la región, Antonio Rastrelli, de la derechista Alianza Nacional, en total oposición a la consigna de su partido que había criticado la marcha.

Centenares de policías se des plegaron a lo largo del recorrido de la manifestación por temor a que la presencia de grupos de parados, que no se sienten representados por ningún sindicato, pudiera derivar en violencia. Sin embargo, apenas se registraron incidentes. Nápoles y la región entera de Campania quedaron ayer paralizados en una jornada de huelga que siguió a la manifestación.

"La de hoy podría ser el ensayo de una huelga nacional general", comentó Sergi D'Antoni, líder de la Confederación Italiana de Sindicatos de Trabajadores (CISL), que presidió la marcha en representación de los secretarios generales de los tres principales sindicatos italianos (CGIL; CISL y UIL) que movilizaron a sus afiliados para sumarse a la protesta. Los sindicatos mantienen en estos momentos un pulso con el Gobierno de centro-izquierda en demanda de una acción decidida de desarrollo en el sur de Italia, donde las cifras de paro superan el 25%.

Los sindicatos han amenazado con una huelga general que paralice todo el país si el Gobierno que preside Romano Prodi no adopta medidas de inmediato. La cifra global de parados en la región de Campania, de la que Nápoles es capital, ascienden a 1.050.000 personas, es decir un 25'5% de la población laboral, muy superior a la media nacional del 12%. Un fenómeno que los empresarios y las autoridades locales ligan también al del criminen organizado, en la medida en que en muchos barrios de la deprimida periferia napolitana la Camorra es el único "patrón" para los ciudadanos.

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"Es necasario cambio total en la política económica del Gobierno", señaló uno de los líderes sindicales presentes. "Lo que ha ocurrido hoy es más que un mero mensaje, es una verdadera advertencia al Gobierno del Olivo", la coalición de centro-izquierda.

Numerosos alcaldes del Olivo, como el de Roma, Francesco Rutelli, y el de Bolonia, Walter Vitali, apoyaron con su presencia la marcha, que contó con la adhesión del primer edil de Venecia, Massimo Cacciari, y del de Palermo, Leoluca Orlando. Entre los políticos, la figura más relevante fue el líder del Partido de Refundación Comunista, Fausto Bertinotti, que provocó una crisis del Gobierno el otoño pasado en defensa de los intereses del mezzogiorno.

Formaban parte también de la manifestación los miembros del Movimiento de Lucha por el Trabajo, que desfilaron encerrados en una especie de celda de cartón plateado para subrayar sus intenciones pacíficas, tras los conatos de violencia que producidos en otras manifestaciones.

El líder de la patronal del comercio Sergio Billé, que desfilaba por primera vez en una manifestación organizada por los sindicatos, se enmarca más bien en la protesta contra la Camorra. Para Billé el crimen organizado es especialmente grave para el sector terciario: "Comercio, turismo y servicios, son los sectores más golpeados por la Camorra".

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