La exposición 'Escucha, España' ofrece en Barcelona una visión catalana del 98
Cataluña ya tiene desde ayer su propia exposición sobre el centenario de 1898, una exhibición que ofrece una imagen muy distinta a la de la exposición oficial de Madrid, España, fin de siglo. Si en esta última se parte de la pérdida de las colonias para ofrecer una imagen idílica de la España de la época, sin apenas mención a los nacionalismos, en la de Barcelona se insiste en la toma de conciencia del catalanismo, en la reacción de la sociedad civil y en la regeneración de España.
El título de la exposición, Escolta, Espanya... (Escucha, España), está tomado de la célebre Oda a Espanya de Joan Maragall, poema escrito en 1898 que hace las funciones de guión. Escolta, Espanya... está instalada en el Museo de Historia de Cataluña, y permanecerá abierta hasta el próximo 13 de septiembre. El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, se refiere en el catálogo a "otra exposición". 0 sea, nada que ver con la visión española del 1898. "Hace 100 años", escribe Pujol, "convertimos el tantas veces aludido desastre en victoria y en aurora de una nueva, época".En la exposición, cuyo comisario es el director de Promoción Cultural de la Generalitat, Vicenç Villatoro, se han reunido 379 objetos, algunos llegados desde Cuba y otros de distintos museos españoles. El plato fuerte, al menos en el aspecto artístico, lo compone el Modernismo, y más en concreto, los 25 cuadros de Ramón Casas del Círculo del Liceo y del Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC). Todo ello, dentro de una visión un tanto idealizada de la época y a veces superficial (no hay referencias al esclavismo, por ejemplo), sirve para ilustrar lo que significó el 98 para Cataluña.
La exposición, con suelo de ambiente marino y música de habaneras de fondo, se abre con imágenes de la presencia catalana en Cuba. El catálogo reproduce un texto del francés Arthur Morelet, de 1857: "El monopolio de comestibles reside en La Habana en las manos de los catalanes, raza ecónorna, industriosa y dotada de en carácter emprendedor. Esos catalanes desembarcan ordinariamente en la isla como verdaderos aventureros; después, al cabo de pocos años, se les ve en la abundancia e incluso al frente de una fortuna". 0 sea, como dice Pujol en el prólogo: "Los catalanes, de las piedras hacemos panes".
El segundo apartado de la exposición está dedicado a La agonía de un imperio. En el tercer apartado es donde luce al máximo lo que los guionistas llaman "la eclosión de una sociedad nacional". En el catálogo, Jordi Pujol cita al historiador Josep Termes: "En Cataluña, la crisis de 1898 determinó la gestación del catalanismo político". Para terminar, un audiovisual recuerda el rastro de Cuba en Cataluña.
Babelia
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