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Robert Wilson se defiende de los abucheos que recibió en el Met

El director y escenógrafo Robert Wilson, que recibió un sonado abucheo en la Metropolitan Opera de Nueva York (Met) cuando estrenó su versión del Lohengrin de Wagner el pasado día 12, ha defendido su enfoque rompedor de esa ópera en las páginas de The New York Times."Traté de ser respetuoso con el texto, la historia y con Wagner", declaró Wilson a ese diario. "Uno debe respetar al maestro, pero también hay que tener cuidado de no convertirse en un esclavo". El estreno del Lohengrin versión Robert Wilson en el Met provocó una de las mayores broncas que se recuerdan en el marco de la temporada de ópera en ese aforo, agravada por el hecho de que el público sí aplaudió al director de la orquesta, James Levine, y a los intérpretes, reservando la fuerte pitada exclusivamente para cuando Wilson salió a saludar al final de la representación. Tres veces volvió el equipo a salir desde detrás del telón durante los aplausos, y las tres veces Wilson fue abucheado sin compasión.

Más minimalista que nunca, el creador de The black rider (junto a Tom Waits) y Time rocker (con Lou Reed) presentó en el templo clásico que es el Met una versión abstracta de Lohengrin simplemente a base de halos de luz vertical y horizontal, recurriendo a una forma cuadrada como máxima distracción escénica. Wilson ya había estrenado en el Met otro de sus trabajos (Einstein on the beach, en 1987, una colaboración con Philip Glass fuera del programa de la temporada operística), pero por lo general está acostumbrado a presentar sus obras en aforos de vanguardia como el BAM de Brooklyn, y especialmente en Europa, donde se le entiende mejor.

Público cerrado

Aun así, Wilson declaró al mencionado diario que "con Wagner hay un público muy cerrado; ven Lohengrin como muestra del romanticismo decimonónico y lo quieren preservar así". Señaló que no se esperaba una respuesta tan negativa. "Tampoco era tan radical", dijo. "No puse a los cantantes haciendo el pino".Según otras críticas aparecidas en la prensa, el Lohengrin de esta temporada en el Met fue innecesariamente polémico, y el trabajo de Wilson provocaba distracción sin aportar nada a cambio. Pero el director, que ahora ha amenazado con hacer El anillo de los nibelungos, ha dicho que eligió esa escenografía para concentrar la atención en la música. "Fue un verdadero estallido sonoro de desaprobación, dirigido no al reparto, sino al director-diseñador de esta producción abstracta y gélida", dijo la critica de The New York Post. El director no estuvo presente en la siguiente representación, el día 17, y ha dicho que tampoco piensa asistir los próximos días 21, 25 y 28 de marzo y 2 de abril.

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