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La Casa Blanca difunde cartas amistosas de Willie tras el supuesto incidente sexual con Clinton

La Casa Blanca continuó ayer su dura contraofensiva para minar la credibilidad de Kathleen Willie, la ex empleada de la Casa Blanca que denuncia que Bill Clinton la asaltó sexualmente en el Despacho Oval, en noviembre de 1993. En la tarde del lunes, la presidencia difundió una veintena de cartas, notas y mensajes telefónicos amistosos que ella envió al presidente en los años que siguieron al supuesto incidente en el Despacho Oval. En varias ocasiones Willie dice que necesita un trabajo y en una, escrita un año después del presunto asalto, le declara a Clinton que es "su admiradora número uno".

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Willie, según Robert Bennett abogado de Clinton, sólo intenta conseguir notoriedad para publicar un libro que le reporte dinero. Pero su acusación ha logrado abrir una brecha en la confianza en el presidente de las mujeres norteamericanas.Con las cartas difundidas el lunes la Casa Blanca pretende probar que Willie siguió simpatizando con Clinton después de noviembre de 1993. Según Robert Bennett, el abogado de Clinton en el caso Paula Jones, Willie ha cambiado de actitud porque intenta firmar un contrato de 300.000 dólares (unos 45 millones de pesetas) de anticipo para publicar un libro.

La difusión de los mensajes fue acogida con escepticismo "Es comprensible que una mujer cuyo marido se ha suicidado, que tiene graves problemas económicos y que busca desesperadamente un trabajo intentara no romper los puentes con un hombre tan poderoso como Clinton incluso después de haber sido agredida", dijo ayer la analista política Heather Higgins.

Paula Jones, que ha llevado a Clinton a los tribunales por presunto acoso sexual, nunca logró la simpatía de las mujeres norteamericanas, en especial las feministas. Pero Willie, una mujer culta, de clase media alta y simpatizante demócrata, es otra cosa, No puede ser presentada como miembro de una conspiración derechista o una persona ávida de fama y dinero.

Willie, según la ex congresista demócrata Patricia Schroeder, tiene "credibilidad y seriedad". "Mucha gente, incluida yo, piensa que el presidente debería dar la cara y explicar todo este asunto", dice Schroeder. Las acusaciones de Willie, según la congresista demócrata Nita Lowey, son "muy serias y muy turbadoras para todas aquellas" que han "luchado tan duramente contra el acoso sexual". Según Patricia Ireland, presidente de la Organización Nacional de Mujeres (NOW), el grupo feminista más poderoso de EE UU, si el testimonio de Willie es cierto, estamos ante un caso de "asalto sexual por parte de un predador".

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Los diarios más prestigiosos norteamericanos también creen que la denuncia supone un salto cualitativo en los escándalos sexuales del presidente Clinton. "Aunque una acusación de agresión sexual contra una mujer madura y digna de confianza que se encontraba en plena crisis familiar probablemente no apartará a Clinton de su cargo, le fijará permanentemente en la mente pública como una persona de carácter innoble", dijo ayer el editorial de The New York Times.

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