La NASA hace planes detallados para traer muestras de Marte sin contaminar la Tierra
Unos pocos gramos de Marte contienen una riquísima información sobre ese planeta, pero para extraerla hacen falta laboratorios equipados con todos los avances tecnológicos y hacer análisis exhaustivos; a menudo no bastan los limitados medios que llevan las naves interplanetarias por ahora. Se podrían montar allí laboratorios complejos y seguramente se hará más adelante. De momento, los científicos planean traer a la Tierra materiales del planeta rojo, tal vez en el 2005. La NASA esta estudiando la primera misión de ida y vuelta a Marte, con una pequeña nave automática que regrese cargada con pequeñas muestras de rocas, suelo y atmósfera.Expertos que están trabajando en este proyecto discutieron los retos científicos y tecnológicos de esta aventura en un simposio de la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS), celebrada recientemente en Filadelfia.
No se trata sólo de ir a Marte con un robot dotado de unas pinzas y unos recipientes y volver a casa. Además de poner a punto tecnologías de propulsión, movilidad y comunicaciones de los equipos necesarios, esta vez hay que afrontar problemas nuevos: sobre todo garantizar la seguridad de la Tierra, de su flora y fauna, evitando todo riesgo potencial de contaminación aquí con microorganismos extraterrestres.
Pero, ¿para qué conviene traer muestras? "Los análisis avanzados de muestras bien seleccionadas de suelo, rocas, terrenos congelados y atmósfera de Marte son esenciales para investigar el origen del planeta, su evolución, su clima, su geología...", afirmó en Filadelfia Klaus Keil, de la Universidad de Hawai-Manoa. Y señaló que estudios como dataciones radiométricas, medidas precisas de relación isotópica y análisis biológicos avanzados exigen preparaciones complejas de los materiales en laboratorio y que no pueden hacerse en una pequeña nave espacial.
Tesoros científicos
Además, explicó Keil, la caracterización detallada de las muestras bien localizadas es fundamental para calibrar los datos tomados con misiones de observación orbitales. Keil comentó que la información recogida por la sonda Clementine en la Luna se ha podido calibrar debidamente con los análisis de las rocas que los astronautas del programa Apolo recogieron allí: si se conoce perfectamente el material de un sitio preciso y se sabe cómo se ve con sensores a distancia, se puede extrapolar con rigor la composición a zonas que dan una respuesta idéntica en la señal de esos sensores en reconocimientos globales."Las muestras bien conservadas nunca pierden interés y sirven para generaciones de investigadores. Son un tesoro científico de la humanidad", comentó Keil, recordando también los 170 gramos de suelo lunar que trajo en 1976 la sonda Luna 24 soviética.
Es cierto que a la Tierra llegan de forma natural trozos de Marte en forma de meteoritos. Pero son escasos y, además, gran parte de su información esencial (desde hielo hasta restos orgánicos, si los hay) difícilmente sobrevive a los avatares del viaje interplanetario de estas rocas. Por si fuera poco, de estos fragmentos se desconoce algo fundamental: su origen geológico y geográfico.
La estrategia emprendida por la NASA, sin descartar que otras agencias espaciales (de Japón, Europa o Rusia) se incorporen a la exploración de Marte, es enviar flotillas de naves automáticas cada dos años al planeta vecino. Tras Mars Pathfinder y Mars Global Surveyor, que llegaron a su destino el año pasado, irán otras dos a finales de éste, en 2001 y en 2003, explicó Wesley Huntress, de la NASA.
Con estas misiones, unas de observación en órbita y otras de descenso sobre la superficie se avanzará en el conocimiento de Marte y se irán definiendo los lugares más idóneos para el paso siguiente, es decir, traer unos cuantos gramos de muestras a la Tierra. La NASA no ha aprobado aún esta misión, pero trabaja en su diseño y en el desarrollo de tecnologías necesarias, dijo Huntress. Sería una misión de bajo coste, siguiendo la estrategia emprendida en la exploración planetaria.
En Marte un robot podría tomar muestras y alojarlas en un módulo de la nave bajo estrictas condiciones de aislamiento y control de temperatura y presión. El módulo cargado despegaría y emprendería el viaje de regreso. "Hay escenarios que muestran la posibilidad de existencia de vida en Marte; el riesgo de contaminación de la Tierra es poco probable, pero no cero", dijo John Rummel, de la NASA.
En cuarentena
"Hay que garantizar la máxima contención de las muestras durante el viaje y, una vez aquí, someterlas a cuarentena", explicó Jonathan Richmond, del Centro de Control de Enfermedades (Atlanta, EE UU). "Los materiales que lleguen han de ser considerados peligrosos mientras no se demuestre lo contrario". Recordó que, por supuesto, la nave tiene que ir esterilizada para no contaminar Marte, porque un microbio exportado podría prosperar allí y, cuanto menos, confundir los resultados de misiones posteriores.Pero no se queda todo en advertencias generales. Los especialistas debaten ya detalles de todos los procedimientos. Por ejemplo, habría que verificar el estado de contención de las muestras en la nave de regreso y, en caso de que fallase el sistema antes de llegar a la Tierra, ¿se desviaría el vehículo para impedir que cayese aquí? ¿Qué hacer en caso de que los recipientes sufrieran desperfectos en la entrada en la atmósfera o en la caída? ¿Quién se encargaría de recogerlas: la NASA, el Ejército, expertos en seguridad biológica? ¿Cómo se realizaría el empaquetamiento de las muestras para el transporte y dónde se analizarían?
Por supuesto, la protección de las personas que manipulen los tesoros rnarcianos es fundamental y Richmond presentó varias opciones de equipos, como urnas herméticas con guantes especiales para trabajar en el interior, manteniendo diferentes presiones en el sistema. También se han concebido procedimientos de seguridad para abrir los recipientes, extraer gases contenidos entre las capas de los contenedores y demás. Muchas de las medidas de seguridad requeridas están ya diseñadas y probadas en los laboratorios de alta seguridad biológica existentes.
"Hay que hacer microscopía, estudios químicos exhaustivos, caracterización geoquímica, análisis de bioseguridad... de líquidos, sólidos y gases", comentó Richmond. En todo momento es fundamental evitar la contaminación terrestre de las muestras marcianas, lo que destruiría toda la misión.
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