Un estudio hecho en Barcelona revela graves retrasos en el diagnóstico del cancer
El 65% de los pacientes llega al hospital por urgencias y la mitad ya no tiene remedio
Es un hecho comúnmente aceptado que un porcentaje importante de muertes por cáncer podría evitarse con un diagnóstico precoz, y muchos médicos culpan a los enfermos por no consultarles a tiempo. Un estudio realizado en Barcelona revela un alarmante retraso en el diagnóstico de los tumores y que este retraso no es imputable al enfermo, sino a las disfunciones del sistema sanitario: el 65% de los pacientes con tumores digestivos atendidos en el hospital estudiado tuvieron que acudir a urgencias para obtener un diagnóstico; el promedio de tiempo transcurrido desde el primer síntoma era de seis meses, y en la mitad de los casos, cuando se produjo el diagnóstico, ya no había tratamiento posible.
El estudio, dirigido por Miquel Porta, epidemiólogo del Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona, se publica este mes de febrero en el British Journal of Cancer, la revista europea de oncología de mayor impacto, y sus conclusiones llevan a un juicio contundente: "En el caso del cáncer, el sistema sanitario no cumple bien una función que es fundamental: diagnosticar con celeridad a los ciudadanos que solicitan atención médica porque ya presentan síntomas".Es la primera vez que se analiza en España la correlación entre la vía de acceso al diagnóstico y la supervivencia. El equipo investigador hizo un seguimiento minucioso durante cinco años del historial clínico de 248 pacientes aquejados de tumores digestivos (esófago, estómago, colon y recto) ingresados en el hospital del Mar, el centro de referencia de una extensa zona de la ciudad de Barcelona. Para aclarar con la máxima precisión el itinerario y los tiempos transcurridos, se entrevistó a los propios enfermos y a sus familiares.
El primer dato analizado constituye ya un elemento de alarma: sólo el 35% de los enfermos había ingresado en el hospital mediante visita programada. El restante 65% lo había hecho por urgencias.
"Es muy raro que el cáncer debute como una auténtica urgencia médica que requiera atención sanitaria inmediata", indica Miquel Porta. "Es cierto que a veces se presenta con síntomas inespecíficos difíciles de diagnosticar, pero si la atención es correcta, el cáncer debe poder ser diagnosticado progresivamente desde la atención primaria hasta el hospital. Si hubiera una buena integración entre la atención primaria y los hospitales, la gran mayoría de los ingresos por sospecha de cáncer deberían ser programados, y no realizarse a través de los servicios de urgencias".
Es cierto que a veces es un médico quien envía al enfermo a urgencias para obtener un diagnóstico más rápido. Pero incluso en estos casos la decisión indica que el propio médico no confía en los mecanismos normales de derivación de pacientes.
Contra el dolor
El estudio pone de manifiesto un segundo elemento que corrobora la gravedad del retraso: la mitad de los pacientes ingresados por urgencias (el 49%) presentaba un estado tan avanzado de la enfermedad o ésta estaba tan diseminada que ya no era posible aplicar un tratamiento curativo. En la mitad de los casos ya sólo cabía, por tanto, una intervención paliativa: evitar el dolor.Pese a que los tumores digestivos tienen en general mal pronóstico, el seguimiento de los pacientes permitió comprobar que los enfermos programados presentaban índices de supervivencia muy superiores a los ingresados por urgencias. La supervivencia mediana fue de 30 meses para los pacientes programados, y sólo de ocho para los ingresados por urgencias (la supervivencia mediana es el tiempo que sobrevive la mitad de los pacientes, es decir, la mitad sobrevive más de ese tiempo y la otra mitad menos).
Cinco años después del diagnóstico vivía el 34% de los pacientes programados, mientras que entre los ingresados por urgencia sólo vivía el 19%: el riesgo de morir era un 69% superior entre los segundos que entre los primeros.
Un estudio posterior realizado por el mismo equipo sobre 381 casos de cáncer de pulmón, que publica este mes la revista Journal of Epidemiology and Community Helath, obtuvo los mismos alarmantes resultados: sólo el 23% de los pacientes con cáncer pulmonar habían ingresado de forma programada. El 77% restante había llegado por urgencias. La mediana de supervivencia había sido para los primeros de 11,3 meses, frente a un 5,8 para los segundos, lo que, según concluye Miquel Porta, "constituye una diferencia altamente significativa desde el punto de vista sanitario y estadístico".
Si estas diferencias se producen en tumores de alta mortalidad, como son los digestivos o de pulmón, se puede inferir que en tumores con mayores posibilidades de curación el retraso en el diagnóstico puede comportar un mayor índice de mortalidad evitable.
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