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Carlos Castán debuta con un libro de relatos donde la pasión es el detonante

Miguel Ángel Villena

"La pasión es lo contrario del amor porque la pasión tiene que ver con lo dionisíaco, con lo vitalista. Se trata, en definitiva, de la capacidad de gozar". Así define Carlos Castán (Barcelona, 1960) el detonante, el motor de Frío de vivir (Emecé), un libro de relatos con el que este profesor de filosofía en un instituto de Huesca debuta en la literatura. Pese a que Emecé publica pocas obras de narradores españoles, los responsables de la editorial apostaron por este libro, publicado inicialmente en una tirada reducida por Zócalo, de Zaragoza, tras las buenas críticas recibidas y la acogida que Frío de vivir tuvo. El libro fue presentado la pasada semana en Madrid.Carlos Castán rechaza que los relatos representen un género menor frente a la novela. El autor alega en favor de esta tesis que "en América Latina se considera que los relatos miden la auténtica calidad de un escritor". Admirador de Julio Cortázar, pero también de otros narradores hispanoamericanos, Castán subraya la revalorización que el relato ha tenido en España.

Los monólogos interiores marcan la voz narrativa en varios relatos de Frío de vivir y Castán confiesa su interés por esta técnica. "El monólogo interior", señala, "me permite identificar al lector con el narrador, a la vez que posibilita los cambios de registro o los saltos en los tiempos verbales". Este escritor novel niega que se pueda diferenciar cómo se cuenta una historia de lo que se cuenta y declara su preocupación por el ritmo en las narraciones. "Durante unos años escribí poesía y, aunque ahora ya la he dejado, supongo que ese estilo lírico sigue influyéndorne".

La crítica ha destacado los finales redondos de muchos de los relatos de Frío de vivir y Castán comenta que le preocupa que el cierre de una historia sea previsible. Finales sorprendentes en algunos casos a partir de acciones normales y cotidianas. "Creo", afirma el escritor, "que para que funcione una narración ha de partir de algo cotidiano. Entonces resulta convincente".

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