Bill Clinton pide a los científicos que levanten su voz contra el tabaco
El presidente estadounidense interviene en la cumbre para el Avance de la Ciencia
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, proclamó ayer su apoyo a la ciencia y su intención de proporcionar una financiación sustanciosa y plurianual para la investigación que permita a los científicos abordar planes a largo plazo. Lo hizo ante 3.000 investigadores que asisten a la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS). Desde hace medio siglo, no había asistido ningún presidente estadounidense a esta gran cita de la ciencia, y Clinton aprovechó la ocasión para pedir que los científicos levanten su voz contra el tabaco.
El apoyo a la investigación en las palabras presidenciales de ayer en Filadelfia se suman a los discursos e iniciativas de la Casa Blanca en los últimos tiempos favorables a la ciencia y la tecnología. Así, en los presupuestos federales propuestos por el presidente al Congreso para 1999 se contempla un incremento de un 2,6% respecto a este año para investigación y desarrollo en EE UU, con lo que se alcanzarían los 78.200 millones de dólares (12 billones de pesetas).Clinton señaló ayer también la necesidad de mejorar la educación en EE UU, un problema que agobia a los educadores en el país y a los científicos, inquietos por el declinar constatado de la cultura científica de los estudiantes.
"Tenemos que demostrar que podemos tener la mejor escuela primaria y secundaria del mundo", proclamó el presidente, arrancando fuertes aplausos de la sala abarrotada de gente en el hotel Marriot de Filadelfia, donde se celebran los actos plenarios de la reunión.
"Hace más de tres décadas, las revistas científicas, incluida Science [editada por la AAAS] presentaron a la sociedad una conclusión: fumar produce cáncer", recordó Clinton, que expresó el objetivo de que en cinco años se reduzca a la mitad el número de fumadores adolescentes en EE UU, lo que supondría salvar un millón de vidas. Para lograrlo pidió la ayuda de la comunidad científica, que haga oír su voz fuerte en la sociedad en este sentido", concluyó.
En una visión positiva del futuro, Bill Clinton dijo que dentro de 500 años tal vez se haya alcanzado la fusión nuclear para lograr producir energía abundante y barata y se habrán vencido el cáncer, el sida y muchas otras enfermedades. "Estoy absolutamente convencido de que para entonces habremos descubierto cómo crecer económicamente mediante la reparación y no la destrucción de nuestro planeta", añadió.
Tras unas eficaces y relativamente discretas medidas de seguridad para acceder a la sala donde habló Clinton y garantizar el control de miles de personas en un hotel, el presidente de Estados Unidos subió al estrado ayer, acompañado de Mildred S. Dresslhaus, presidenta de la AAAS, y de John Gibbons, que ha sido durante años asesor presidencial para la ciencia y la tecnología. Clinton anunció que había aceptado con gran pesar la renuncia de Gibbons en el cargo. Para ocupar el puesto así como el de director de la Oficina de Política Científica y Tecnológica, Clinton anunció la elección de Neal Lane, que ha sido durante los últimos cinco años el director de la Fundación Nacional para la Ciencia (NSF), una institucion clave en la política científica y en la gestión de fondos de investigación básica en EE UU. La microbióloga Rita Colwell ha sido nombrada directora de la NSF.
A la reunión de la AAAS, que se inauguró el pasado jueves y que se prolongará hasta el próximo martes, asisten unos 5.000 científicos que participan en decenas de sesiones dedicadas a todas las áreas de la ciencia y sus implicaciones sociales, políticas y educativas.
Se han programado un total de 850 conferencias en sesiones de mañana y tarde durante seis días. Es, sin duda, la mayor feria anual científica del mundo. Este año, además, la AAAS celebra el 150 aniversario de su fundación en esta misma ciudad de Filadelfia.
La AAAS, formada casi 30 años antes de que se inventara el teléfono, como han querido recordar ahora sus responsables al airear el bien merecido orgullo de tener una asociación científica nacional tan influyente y con tanta solera, surgió como iniciativa, a este lado del Atlántico, de un puñado de científicos que siguieron los pasos de la sociedad homónima británica. De 461 miembros fundadores ha pasado en siglo y medio a los 144.000 miembros actuales.
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