'Sólo' seremos 11.000 millones
El descenso de la natalidad obliga a la ONU a reducir sus previsiones de crecimiento de la población mundial
La población mundial crece cada vez más lentamente y por debajo de las previsiones de la ONU. Ésta es la principal conclusión del último documento del Fondo de las Naciones Unidas para la Población (FNUAP), presentado recientemente en Nueva York. La razón: un descenso imprevisto de la tasa de fecundidad mundial. Si las nuevas previsiones se cumplen, pasaremos de los 5.800 millones de habitantes que hoy tiene el planeta a los 11.000 en el 2200; 700 millones de almas menos que las proyectadas en 1992, lo que no despeja todavía el peligro de superpoblación.Las mujeres de todo el mundo -no sólo las europeas- tienen cada vez menos hijos. Y es esa bajada imprevista de la fecundidad la que ha provocado la modificación de las proyecciones del FNUAP sobre crecimiento de la población a largo plazo. Imprevista bajada que, sin embargo, está convirtiendo las revisiones a la baja en algo "muy habitual", como explica Teresa Castro, que trabajó seis años para la división de población de la ONU y ahora lo hace para el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Si a principios de los noventa la población crecía a un ritmo de 87 millones al año, ahora lo hace a 81 millones anuales.
Por eso, las nuevas proyecciones hablan de una población mundial de 9.400 millones en el 2050, 10.400 en el 2100, 10.800 en el 2150 y 11.000 en el 2200, casi el doble de la cifra actual. En ese año se calcula que se estabilizará la población: se producirá el mismo número de nacimientos que de muertes.
Los éxitos en el control demográfico de países tan poblados como China, que representa una quinta parte de la población mundial, han tenido mucho que ver en esa bajada de la fecundidad mundial y en la lentificación del crecimiento de la población. Según Castro, el descenso de la fecundidad "era una tendencia anunciada", aunque en algunas zonas -África subsahariana, Asia meridional y la propia China- bajó por encima de lo previsto. Bangladesh, uno de los más pobres del mundo, y Kenia, con la tasa más alta del mundo, registraron descensos espectaculares que "hace 15 años nadie esperaba".
Pero la mayoría de los países en vías de desarrollo no controlan su crecimiento. Son los más pobres los que más están creciendo. El documento de la ONU prevé que la población africana se cuadruplique de aquí al 2150, pasando de 700 millones a 2.800. Asia y América Latina también crecerán, aunque en menor medida.
Pero a los expertos del FNUAP no sólo les han fallado los cálculos por la tasa de natalidad. Tampoco esperaban el aumento de la mortalidad en la Europa del Este o el impacto del sida en el África subsahariana, que se cobró cuatro millones de vidas de 1985 a 1995. O que la tasa de fecundidad latinoamericana se estabilizara en torno al 3%, un punto por encima de lo deseado por el organismo internacional.
En Europa, como en otras zonas desarrolladas del Globo, la baja tasa de natalidad se une al aumento de la esperanza de vida, lo que convierte en previsible que en el año 2150 la población mundial mayor de 60 años alcance un 31%.Ahora apenas llega al 10% el envejecimiento de la población parece un proceso irreversible.
Las promesas de El Cairo
El documento del FNUAP actualiza los datos del organismo -de la ONU sobre la población y realiza proyecciones a más de 200 años vista. Para ello emplea tres componentes principales: fecundidad, mortalidad y migraciones. Pero si a corto plazo -de cinco a 15 años- sus predicciones son muy fiables, a medio y largo plazo la fiabilidad se tambalea. De ahí que el propio FNUAP modifique sus previsiones cada dos años. Las deficiencias en la recogida de datos poblacionales en algunos países en vías de desarrollo dificultan el trabajo. Además del FNUAP, el Banco Mundial, un instituto estadounidense y otro austríaco hacen proyecciones mundiales.Todos ellos han constatado la lentificación del crecimiento de la población mundial, algo esperado e impulsado por la ONU. La cumbre de El Cairo sobre Población y desarrollo, celebrada en 1994, intentó convertir en medidas prácticas lo que llevaba años en la mente de muchos gobernantes y de la propia ONU: la necesidad de controlar el crecimiento de la población mundial para asegurar su abastecimiento. Los 182 países participantes fijaron un presupuesto millonario -17.000 millones de dólares (2,5 billones de pesetas) hasta el año 2000- para alcanzar su objetivo. Aún es temprano para evaluar sus éxitos, pero el documento del FNUAP demuestra que ya hay resultados.
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