Fernando Marías sostiene en una novela que Lorca no murió en 1936

¿Es cierto que Federico García Lorca murió en 1936? La pregunta, impresa en la banda roja que abraza La luz prodigiosa (Destino), la novela de Fernando Marías, "puede ser verosímil", según el autor. La respuesta literaria la tiene el protagonista de la novela, un viejo vagabundo demasiado aficionado al coñac, que es la persona que recoge a un joven, vestido con un traje blanco y varias heridas de bala, en una carretera cerca de Granada. El vagabundo consigue curarle las heridas y salvarle la vida.

Fernando Marías (Bilbao, 1958) considera que, al margen de lo propiamente literario, podrían plantearse muchas incógnitas al suceso histórico: "Nadie vio el cadáver del poeta, ni por supuesto se le practicó ningún tipo de autopsia. Es más, si supiéramos quién fue el asesino que lo fusiló, tampoco podríamos juzgarle porque no hay cadáver. Sólo una lápida, en el barranco de Viznar donde fue ejecutado, recuerda que por allí descansan los restos del poeta", asegura el escritor.

La chispa que motivó la novela surgió una noche mientras Marías veía en televisión al verdadero protagonista de Bodas de sangre. Ahí mismo decidió cambiar la historia y que Lorca no muriera el mes de agosto de 1936 a manos de los fascistas.

La luz prodigiosa fue publicada en 1992 por una pequeña editorial y "pasó prácticamente inadvertida, debido, fundamentalmente, a los problemas de distribuición", hasta que hace unos meses fue retomada por Destino, que la ha lanzado ahora aprovechando el centenario del nacimiento del poeta granadino.

Marías, que huyó de cualquier tipo de reconstrucción histórica, ha planteado la novela como una obra "de suspense". "En cierto modo se trata de una historia sórdida, no en la vertiente de las novelas policíacas, pero sí en lo que éstas tienen de sórdido y lóbrego".

El autor de Esta noche moriré y La luz prodigiosa ha trabajado como realizador publicitario y escribe guiones para cine y televisión.