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Reportaje:

Las transparencias: del manierismo al exceso

Las transparencias han hecho estragos en la moda de las últimas temporadas. El eje París-Nueva York-Milán se cebó en ese juego al que se apuntaron rápidamente todos, especialmente esos ingleses chabacanos que invaden las firmas más tradicionales de la costura. Mientras Giorgio Armani o el Watanabe de Comme des Garçons trazaban una línea de sutileza, otros se esmeraban en sacar de sus casillas los frontales de las modelos. En Norteamérica, Calvin Klein -el más imitado desde Europa hasta la lejana Asia- influyó lo suyo en esta fiebre. Lo que empezó con eufóricas características de hallazgo y reclamo para los flashes de los fotógrafos, se tornó en el pan nuestro de todas las pasarelas y en la mayoría de los casos, la frustración imposible del común de la clientas.La transparencia va ligada internamente a una tejiduría de alto nivel que se ha cobrado ya su rédito en la fase experimental de apogeo y exhibición de lo translúcido en pasarela. Otra cosa es el mercado real.

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Nacho Ruiz opina que "ha sido excesivo y su reino ha terminado. El diseño no gana posiciones con el uso manierista de las transparencias, ni estilísticamente ni en el contenido".

Modesto Lomba, desde una óptica serena, se apunta a su utilización racional: "No me apetece como exhibicionismo, y las uso, pero prefiero encubrirlas con el resto de las prendas".

Roberto Verino, a quien no falta nunca un aire de sensualidad y calor en sus productos, dice: "Si las he usado ha sido en momentos muy especiales. El desfile pretende crear un enfrentamiento entre realidad y cuento de hadas o provocación de escenario, pero soy muy respetuoso con el hombre y con la mujer; no concibo las transparencias para el uso diario. Otra cosa es en la alta costura, que cumple hoy día otras funciones que no son imponerse al prét-à-porter, ni vestir a unas señoras muy ricas"

Ángela Arregui precisa que "lo llevo haciendo hace años y ya hoy es excesivo. Sí que es sensual, pero la transparencia es un momento de pasarela. Este año saco un traje que es muy transparente".

Jesús del Pozo, un estilista capaz de versificar un poema en un traje a base de transparencias, dice: "Para mí la transparencia da una sensación etérea, de fragilidad y sutileza, y el ver el cuerpo a través de una tela es ya hoy día de lo más natural y lo debe llevar quien se sienta cómodo con ella. Hay recursos de una prenda sobre otra, de un tejido sobre otro para jugar y mantenerse en el terreno del buen gusto

Vacas flacas, el tándem inolvidable capaz de sorprender con un traje hecho íntegramente de guantes, está formado por Carolina Azcona y Miriam Cobo, y desfilarán por primera vez en Cibeles. Carolina responde a las transparencias con contundencia: "¡Qué asco! Es la búsqueda de una foto de portada y eso me parece lamentable. Otra cosa son las transparencias en sí mismas, que no me parecen mal. Si alguien quiere usarlas, pues muy bien".

Ángel Schlesser, que no las usará en su desfile, apunta que "hay formas de racionalizar las transparencias, que se quedan en ganas de ligereza, de ir vestido pero no totalmente tapado".

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