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"La situación de los palestinos es explosiva"

Tiene 68 años y sonríe amistosamente, pero sentado en una butaca del hotel Ritz es un anciano de labios temblorosos, cuya mirada de nómada se ha perdido, quizá en pos del espejismo que persiguió durante años. Es Yasir Arafat, el presidente de la Autoridad Palestina. Al preguntarle si hubo algún momento tan crítico como el que vive hoy su pueblo, tras la ruptura de negociaciones con el Gobierno de Israel, reconoce: "Éste es uno de los momentos más difíciles que hemos vivido, porque ahora Netanyahu ha congelado el proceso de paz". Y añade: Él [Netanyahul prometió que mantendría los acuerdos de Oslo, y firmó el acuerdo de Hebrón con nosotros, pero ni siquiera ese acuerdo lo cumplió. Estaban presentes el enviado norteamericano, Dennis Ross, y también el representante de la Unión Europea, Miguel Ángel Moratinos. Y no cumplió". Pero advierte: "La paciencia de los palestinos tiene un límite".

Ofrece una mano caliente y cansada. "A pesar de todas las dificultades que atravesamos nuestro ánimo es muy bueno". Unas horas antes de abandonar ayer Madrid, entre alguna de sus varias entrevistas, conversó con EL PAÍS. Camina despacio, casi minúsculo entre los dos guardaespaldas como armarios, seguido por ayudantes y agentes españoles y palestinos. Ha venido en busca de ayuda, como ha sucedido en otros muchos de sus viajes, en una vida de ir y venir y, tan llena de atentados -trece-, que él mismo ha llegado a decir: "A veces pienso que estoy medio vivo y medio muerto". Y siempre ha buscado justicia para su pueblo, durante años lo hizo con pistola al cinto, como en 1979, cuando, por primera vez visitó oficialmente España y fue recibido por Adolfo Suárez. Asegura con una voz muy escasa: "No podemos olvidar o ignorar el apoyo europeo al pueblo palestino, que ha sido tan claro y tan franco, y tan firme durante tantos años. La carta enviada por el primer ministro británico, Tony Blair, ha tenido un efecto bastante importante para ayudar al proceso de paz en Oriente Próximo.

A pesar del estado maltrecho del proceso de paz, Arafat no se arrepiente de aquel acuerdo lleno de esperanza y hoy al borde de la quiebra: "La paz merece todos los esfuerzos que hemos realizado hasta ahora. La paz siempre los merece. No podemos olvidar que esos esfuerzos por lograr la paz, [Isaacl Rabin [ex primer ministro israelí] los pagó caro, con su vida, tras la firma de los acuerdos en la Casa Blanca".

Durante la mañana de ayer, y antes de comer con el presidente José María Aznar, el líder palestino recibió a Joaquín Almunia, a Julio Anguita y a Felipe González, quien llegó rebosante de salud, evidenciando por contraste el aspecto enfermizo de su interlocutor. Entrevistas breves, en las que parecía perdido. Aunque mira fijamente, sus ojos no dan muestra de ver, o al menos no lo indican, ni con un parpadeo. Finalmente repitió la preocupación que transmitió hace unos días a Bill Clinton en la Casa Banca: "La situación de los palestinos es explosiva, su paciencia tiene un límite y hay que tener esto en consideración. Porque nuestro pueblo nos pregunta ahora: ¿Es ésta la paz que hemos firmado? ¿Esta es la paz que hemos refrendado en las últimas elecciones?". Mientras todo esto sucede, la búsqueda de apoyo económico, de socorro político en Europa, la actitud de Israel coloca a los europeos cada vez más cerca de la causa palestina, algo que ha ocurrido en ocasiones anteriores sin que eso haya producido cambios sustanciales en el avance de la paz. Mientras Arafat atiende a sus interlocutores, por los salones del hotel pulula parte de su séquito. Es el ministro de Justicia del Gabinete palestino, Furayh abu Middayn, quien se muestra más explícito a la hora de hablar de Benjamín Netanyahu, el primer ministro israelí: "Nunca tuvo la menor intención de hacer la paz. Él ganó las elecciones porque quería detener el proceso de Oslo. Escribió un libro donde lo explicaba claramente. Netanyahu no da oportunidad a la paz y es bien conocida su postura. La situación es peligrosa, porque no hay salida; dentro de cinco años, entre los palestinos y los colonos que viven en medio de nuestros territorios estallará una guerra civil". ¿Y antes de que eso ocurra, piensa que estallará una nueva Intifada? "No, en todo caso será una Intifada diferente, la gente no tirará piedras, sino que apuntará con balas; hay mucha gente armada. Y, luego, están los terroristas".

El responsable de Justicia no cree que el presidente estadounidense pueda dar un paso más para reavivar las rotas conversaciones de paz. "Bill Clinton es hoy un hombre desnudo ante su Congreso, por los asuntos relacionados con su vida privada. Pero, de todos modos, lo que no resulta comprensible para muchos es que los norteamericanos presionen con tanta fuerza a Sadam Husein, que ejerzan tanta presión sobre muchos países, y que, en cambio, ante los israelíes se sientan tan impotentes. Y eso sucede a pesar de los acuerdos internacionales que obligan a Israel a devolver los territorios y que están refrendados por los dos países. No es posible que una potencia como Estados Unidos se muestre tan débil.". ¿Puede establecerse alguna relación entre la amenaza contra Irak y el conflicto en Oriente Próximo? "No lo creo así", asegura Abu Middayn, "pero esta amenaza coloca a todo el mundo árabe en una situación muy difícil. De algún modo, todos nos sentimos amenazados por esta situación".

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