Chillida se aventura en los dominios de Bach

Cioran, filósofo del pesimismo, escribió: "En Saint-Severin, escuchando El arte de la fuga, me decía y repetía: 'He aquí la refutación de todos mis anatemas". El escultor Eduardo Chillida, que ilustró el libro de Cioran Ese maldito yo, se ha inspirado ahora en las partituras de Bach -"plásticamente son bellísimas", afirma- para crear un libro titulado Homenaje a Juan Sebastián Bach. Son once serigrafías con estampación y un relieve original que ilustran 16 manuscritos autógrafos del compositor. La Real Academia de Bellas Artes, en Madrid, muestra hasta el 15 de marzo el resultado.

"Ser un hombre como lo fue Bach, pertenecer a su misma especie, ya me parece un regalo", dice el escultor. Cuando Chillida era joven, y se preparaba para estudiar arquitectura en Madrid, en la casa a la que iba a clase oyó que desde un piso salían los sonidos de la Suite número 4 para violonchelo solo. "Era una música que yo no había escuchado nunca y me senté allí, en la escalera, y ya me quedé con Bach toda la vida"."Yo en cierto modo vengo de ahí", añade Chillida, para quien "escultura y música tienen el mismo espacio sonoro siempre naciente". El artista considera a Bach (Eisenach, 1685-Leipzig, 1750) "el músico más grande de la humanidad", y no quiere elegir entre ninguna de sus obras porque Bach "es como la marea, siempre en el límite, buscando lo máximo posible". Las obras que más ha escuchado son las suites para violonchelo solo, en la grabación de Pau Casals, y las Pasiones. En la primera exposición que Chillida realizó en San Sebastián, en el Palacio de Miramar, la interpretación de Casals servía como música de fondo. Casals dijo en una ocasión: "Las suites de Bach me abrieron la puerta de un universo nuevo. Me puse a tocarlas con una alegría indescriptible y se convirtieron en mi música predilecta. De cada una de ellas emana tal iluminación de poesía y generosidad que las considero la esencia misma de Bach. Y Bach es la esencia de la música".

Ocho títulos

Los ocho títulos en los que Chillida se inspira para su Homenaje a Bach son: Misa en si menor; La Pasión según San Mateo; Magnifilcat; Seis conciertos de Brandemburgo; El clave bien temperado; Tres sonatas y tres partitas para violín solo; Oratorio de Navidad, y El arte de la fuga. "He tratado de meter el tiempo de la música dentro del libro", explica. "Hemos utilizado plantillas a presión con el fin de conseguir una marca, de manera que por el otro lado de la hoja la marca se note también y, al pasar la página, quede subrayado el tiempo".El editor del libro, Edouard Weiss, ha ayudado a Chillida en la búsqueda de partituras y de los textos que acompañan a las estampaciones. Braque: "El jarro da forma al vacío y la música al silencio". Munch: "Los dominios de Bach son los imponderables, lo impalpable, el sueño". André Suarès: "Baches de todas las edades y todos los poderes de la música están dentro de él. Bach revela la inteligencia del corazón y penetra de amor toda la inteligencia".

La confección del libro (65 x 50 centímetros), del que se han tirado 129 ejemplares que se venden a 2,5 millones de pesetas cada uno, ha seguido un proceso de dos años, dice Weiss. Pero Chillida tiene en proyecto "otro libro hermosísimo". "Si me dejan hacerlo-", añade en referencia al espacio que ha proyectado en el interior de la montaña de Tindaya, en Fuerteventura. "Yo no quiero nada para mí", asegura Chillida, "sólo crear un lugar comunicado con la luna, con el sol y con el horizonte, un espacio donde todos los hombres se convierten en iguales".

Chillida se queja una vez más del grupo de ecologistas que boicoteó la caseta de la feria Arco en la que se presentaba la maqueta de Tindaya. "Les preguntamos si conocían el proyecto y uno de ellos contestó: 'A nosotros no nos interesa conocer el proyecto". Hay muchos otros ecologistas que han escrito a favor de la obra. Pero, en fin, ya veremos qué pasa".