Clinton frena el escándalo y gana popularidad

Bill Clinton, con el inapreciable refuerzo de su esposa Hillary, está volviendo a hacer honor a su apodo de The comeback kid, el político que resurge una y otra vez de sus cenizas.Sereno y desbordante de proyectos, Clinton hizo uno de los mejores discursos de su carrera el martes por la noche (madrugada de ayer en España), en su informe anual ante el Congreso sobre el estado de la Unión. El primer resultado fue la subida instantánea de más de 10 puntos de su popularidad. Pero la feroz partida del escándalo Lewinsky no está terminada. El fiscal especial Kenneth Starr aceleró ayer su investigación.

La solidaridad de Hillary Clinton en las horas más difíciles de su presidencia está despertando una masiva admiración a lo largo y ancho de EE UU. El martes por la noche, los congresistas republicanos y demócratas rompieron todas las barreras partidistas para ovacionar de pie a la primera dama cuando entró en el hemiciclo. Los testimonios populares de simpatía hacia Hillary volvieron ayer a ser numerosos.Hillary, por segundo día consecutivo, compareció ante un popular programa de televisión -Good Morning America, de la ABC- para rechazar las acusaciones que pesan sobre su marido: haber sostenido relaciones sexuales en la Casa Blanca con Monica Lewinsky y haberle presionado para que mintiera al respecto en una declaración jurada.

Acompañado por Al Gore, Clinton viajó ayer a Champaign (Illinois) para promover un proyecto educativo. Gore, en una de los discursos más ardientes de su vida, presentó a Clinton como "el presidente del futuro" y arrancó aclamaciones para su jefe. La noche anterior, republicanos y demócratas se habían roto las manos interrumpiendo con aplausos el discurso sobre el estado de la Unión.

Clinton no hizo ante el Congreso la menor alusión al escándalo. Hillary aseguró ayer en la cadena ABC que "puesto que hay una investigación en marcha, nadie debe esperar que el presidente diga algo de forma pública". En su discurso, Clinton describió EE UU como un país en su momento más fuerte en muchas décadas y presentó una catarata de propuestas concretas y populares en las esferas nacional e internacional. "El discurso fue más allá de las diferencias partidistas, estuvo dirigido a reunificar al pueblo norteamericano", dijo el senador demócrata Robert Torricelli.

No fue el discurso de un político que está pensando en dimitir, sino el de uno que está dispuesto a conducir a su país en la travesía del milenio. "Si The comeback kid se escapa de ésta", dijo ayer un congresista republicano citado por la CBS, "es que es Houdini", en alusión al célebre mago especializado en escaparse de las ligaduras más inextricables. "El domingo", añadió el republicano, "yo creía que no escaparía, ahora no estoy tan seguro".

La contraofensiva del matrimonio Clinton había logrado ayer empatar el partido, que comenzó con una goleada en su contra. Una encuesta de CNN, USA Today y Gallup reflejaba una subida de 14 puntos (del 35% al 49%) en la cota de ejemplaridad moral de Clinton tras su discurso en el Congreso, y de 12 puntos (del 66% al 78% ) en su capacidad para liderar el país. Otro sondeo de la ABC confirmaba este repunte de popularidad.

La firmeza con la que Hillary defiende a su marido, la profesionalidad de Clinton y la fidelidad de Gore están provocando el milagro, que podría ser reforzado por la popularidad que tendría en EE UU una intervención militar contra Irak. Pero quizá sea temporal. El fiscal independiente Kenneth Starr seguía ayer trenzando su investigación.

Leon Panetta, jefe de Gabinete de la Casa Blanca en la época en que se incorporó al mismo la becaria Lewinsky, declaró ante el gran jurado del caso Whitewater reunido en Washington y ha sido citado para testificar en el que se sigue por el asunto de Paula Jones. Panetta ya había dicho a la prensa que no le constaba la existencia de una relación entre Clinton y la joven. El día anterior, el gran jurado había escuchado a la secretaria personal de Clinton. Mañana comparecerá Linda Tripp, la mujer que grabó a Lewinsky.

Relación con un profesor

William Ginsberg, el abogado de Lewinsky, confirmó ayer que su cliente tuvo un largo affaire con Andy Bleiler, profesor de dramaturgia en la Beverly Hills High School (California) cuando Lewinsky estudió allí y hoy residente en Portland (Oregon). Según Bleiler, un hombre casado de unos 40 años, esas relaciones duraron cinco años.El profesor añade que Lewinsky, una vez instalada en Washington, le contó que estaba sosteniendo "una relación sexual oral" con "un alto funcionario de la Casa BIanca". Lewinsky estaba "frustrada" porque su amante de la Casa Blanca sólo quería que ella le hiciera felaciones. Anoche, el abogado de Lewinsky decía que todavía no había recibido respuesta de Starr a su oferta por escrito de lo que podría contar su cliente si recibe inmunidad.

Starr rechaza como "tonterías" las acusaciones de Hillary Clinton de que su investigación es el fruto de "una amplia conspiración derechista". "Nuestra investigación comenzó cuando recibimos pruebas creíbles de serios delitos federales", dice, en alusión a los de perjurio, incitación al perjurio y obstrucción a la justicia de los que podría ser acusado el presidente.