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UNA PRESIDENCIA EN PELIGRO

La Unión Europea apoya a Clinton porque cree en su palabra y le necesita

Xavier Vidal-Folch

Los dirigentes de la Unión Europea (UE) dieron ayer un apoyo, informal pero muy sincero, a Bill Clinton, en la vorágine política causada por su vida privada. La mayoría de ministros de Exteriores manifestó su apoyo al presidente norteamericano. Unos, porque creen en sus protestas de haber dicho la verdad. Otros, porque temen el hundimiento de EE UU, su principal aliado, especialmente en el complejo ajedrez de Oriente Próximo.

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"Al presidente: te apoyamos, amigo"

"El presidente Clinton está llevando adelante [con normalidad] todas sus tareas, que son muy importantes: su autoridad no puede ser puesta en cuestión y desde mi punto de vista no lo está", declaró en Nueva Delhi, donde se encuentra en visita oficial, el presidente francés, Jacques Chirac.Los ministros de Exteriores, reunidos en Bruselas, siguieron parecida línea antipuritana. Así, Robin Cook, el presidente británico de turno, manifestó su disposición a "echar una rnano" tanto a Clinton como a su secretaria de Estado, Madeleine Albright, en el acrecentado conflicto de Oriente Próximo, "ayudándoles a salir del atolladero". "Nada provocará que nos distraigamos de este asunto", aseveró Cook, en referencia a la polémica sobre el comportamiento sexual de Clinton. Precisamente, Cook ha recibido bastantes ataques por su reciente separación, que desembocó en que acabase formando pareja con su secretaria. El propio primer ministro, Tony Blair, tuvo que acudir en su auxilio, defendiendo que su vida privada para nada afectaba a su tarea como secretario del Foreign Office.

Con un lacónico y contundente "espero que no", respondió su colega alemán, Klaus Kinkel, al ser preguntado si un potencial debilitamiento de la figura de Clinton tendría un impacto negativo sobre la cooperación UE-EE UU, especialmente en asuntos candentes como Oriente Próximo o Irak. El español Abel Matutes expresó su deseo de que pueda mantenerse "la cooperación que hay con Clinton: es un buen amigo de Europa, con el que estamos satisfechos".

Otros medios comunitarios llegaban a conclusiones más pesimistas. Para éstos, la polémica sobre Clinton ha registrado ya efectos negativos, especialmente sobre su papel mediador en el conflicto israelo-palestino. "El ganador de este escándalo tiene nombre, es Benjamín Netanyahu [el primer ministro israelí], y no parece casual que se haya destapado en toda su virulencia justo la semana pasada, cuado Clinton le recibía a él y a Arafat", sin resultados positivos de cara a encauzar de nuevo el agónico proceso de paz. Estos medios no excluyen que en el asedio a Clinton hayan participado, además de sectores cristianos ultraderechistas, servicios secretos como el Mossad israelí.

El ex primer ministro italiano y actual titular de Exteriores, Lamberto Dini, se negó a discutir sobre lo que considera "conductas personales". "El problema no son las peripecias personales privadas, sino si Clinton ha dicho o no la verdad", a lo largo de este escándalo, sostuvo. "No creo que haya mentido", aseguró. Dini hizo votos para que "este asunto sea rápidamente superado" y para que "las aclaraciones [presidenciales] sean satisfactorias". Con media sonrisa en los labios, el astuto ministro acabó afirmando, a la espera de que el temporal capee: "No atribuyo mucha importancia a esta materia".

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El enfoque liberal no se debe sólo al menor puritanismo, al mayor cinismo o a la preocupación de los europeos por perder un aliado -que al menos, les comprende- en el conflicto de Oriente Próximo, sino en la convicción más general de que los demócratas norteamericanos son los mejores socios posibles al otro lado del Atlántico.

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