Armas Marcelo retrata a Cuba desde dentro y desde fuera

La búsqueda del equilibrio entre la historia, la musicalidad y los personajes ha sido el reto literario de la última novela de J. J. Armas Marcelo: Así en La Habana como en el cielo (Alfaguara). Una historia contemporánea de Cuba desde el amor, a través de la cual el escritor hace una invitación a no padecer de los recuerdos que pudieron ser, y a desafiar los atavismos que se interponen a la pasión. "Como una metáfora", dice el autor, "de muchas pasiones similares a las sostenidas entre España y Cuba, que han sido casi incestuosas".

"La novela donde la revolución va por dentro", según la frase con la que la editorial promoverá desde mañana, día de su presentación en Madrid, la obra de este escritor de Las Palmas de Gran Canaria (1946) y autor de El camaleón sobre la alfombra y Los dioses de sí mismos.

Armas Marcelo quiere dejar claro que no se trata de una novela política, "y quienes lo vean así se equivocan" afirma. "Es de amores, pasiones, traiciones y nostalgias". De amores inacabados y por eso perpetuos.

Así en La Habana como en el cielo intenta hacer un retrato de Cuba desde dentro y desde fuera a través de la narración de un periodista español que sirve de intermediario a muchas voces, sobre todo de las de un centenario pescador isleño, de un poeta exiliado en Cuba y de una bella ex modelo negra que enseñará a los hombres, entre ellos al embajador español, las glorias de la pasión-amor. "Ella siempre arriesga y sale revitalizada después de cada amor, mientras los hombres que ama no hacen lo mismo y quedan empobrecidos por esa ausencia", cuenta el escritor.

La novela es la exaltación de los riesgos del amor y de condena, según Armas Marcelo, "a aquel miedoso que llama a su miedo prudencia y rechaza el cielo y, a cambio, prefiere imaginarlo".

Musicalidad

La musicalidad de Cuba y de los cubanos es uno de los objetivos del autor, a la cual intenta aproximarse a través del relato coral de sus personajes. "Es una novela que hay que leer bailando y cantando por el ritmo que dan las voces", dice Armas Marcelo.La historia surgió en 1985 cuando Armas Marcelo empezó a recoger en Cuba las huellas de Hemingway, hasta que sin darse cuenta se adentró en la manigua que es esta isla caribeña. "Donde la sensibilidad exige que el amor, la pasión y el sexo sean una misma cosa", cuenta el escritor; para luego añadir: "Son el plato nacional que provoca que Cuba sea un espejismo".

Todo este entramado cuenta con el telón de la política que por momentos se convierte en hilo de la historia. Aunque el autor aclara que "si hay algo de política es aquello de lo que no me he podido zafar, porque son 40 años en los que ésta ha permeado la cotidianidad cubana". Algo de lo cual es difícil abstraerse si se desea describir la Cuba contemporánea, señala