Una asignatura pendiente del IRPF

La tristemente famosa prueba deselectividad para el acceso a la Universidad, que tantas frustraciones ha ido dejando a lo largo de su existencia, ha supuesto, además, un gran esfuerzo económico a muchísimas familias, cuando los padres deciden enviar a sus hijos a una universidad privada para que así puedan realizar los estudios de una determinada carrera que, en algunas ocasiones por una sola décima, se les impidió cursar en una universidad pública.Este hecho, en general, no se puede contemplar como una manifestación de "capacidad económica" de estas familias, que en algunos casos puede darse, sino como un gran esfuerzo de una inmensa mayoría de padres que gastan sus posibles ahorros, o incluso se empeñan en costosos préstamos, para que sus hijos puedan acceder a aquella carrera que tanto les ilusionaba, y que la Administración no ha sido capaz de facilitarles por el sistema público, subvencionado.

En definitiva, creo que se está cometiendo una gran injusticia: las familias que nos encontramos en esta situación no estamos gastando el dinero en lujos, en turismo o en caprichos. Estamos invirtiendo una parte importante de nuestros ingresos en la educación de nuestros hijos y en la formación de profesionales para la sociedad del futuro. Si este dinero lo invirtiéramos en un plan de pensiones o en un seguro de vida, etcétera, podríamos obtener una buena desgravación en nuestra declaración a Hacienda, pero, desgraciadamente para nuestros intereses, el invertir en educación y formación de nuestros hijos no tiene desgravación.

Quiero hacer desde aquí un llamamiento a los políticos, y en particular al actual Gobierno y a su ministro de Economía, para que tengan la suficiente sensibilidad hacia este asunto y se estudie la posibilidad de algún tipo de desgravación en la declaración a Hacienda que compense de alguna manera este gran esfuerzo que estamos realizando muchísimas familias españolas.-