Villanueva se ve exonerado por la Administración

Francisco Javier Villanueva Bravo, hijo del principal propietario del grupo de gasolineras en las que la OCU verificó un presunto fraude, acabó ayer con su silencio. La familia Villanueva difundió un comunicado inmediatamente después de que un técnico de la empresa alemana Kienzle -contratado por el Gobierno de Madrid para que analizara los contadores de 11 surtidores requisados el viernes en tres gasolineras del citado grupo por tener los precintos internos rotos- concluyera que no había encontrado pruebas de manipulación. Un representante de los Villa-nueva estuvo presente mientras el técnico alemán efectuaba sus pruebas."Valoramos muy positivamente la rápida actuación de la Justicia y del Gobierno de la Comunidad Autónoma que está permitiendo demostrar lo infundado de las acusaciones de que hemos sido objeto durante los últimos días", afirma el comunicado. El informe del técnico, limitado al programa informático (software), dice que "es bastante improbable una manipulación de los contadores", pero "para despejar cualquier duda, la empresa debería comprobar las placas de circuitos (hardware) ".