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Primera antológica en España del pintor Amadeo de Souza-Cardoso

Madrid expone 54 obras del renovador del arte portugués

La Fundación Juan March, de Madrid (Castelló, 77), presenta hasta el 1 de marzo una retrospectiva del pintor portugúes Amadeo de Souza-Cardoso, con un total de 54 obras -40 pinturas, diez acuarelas y cuatro, dibujos-. Figura clave de la vanguardia portuguesa de principios de siglo, su presencia en Madrid coincide con un protagonismo cultural de Portugal, por la Exposición Universal y Arco 98. Junto con la muestra, en la misma sede se han organizado este mes un ciclo de conferencias sobre la cultura portuguesa a comienzos del siglo XX y otro de tres conciertos. La Fundación Juan March cumple 25 años de exposiciones, con cercade ocho millones de visitantes en 471 muestras.

Primera muestra monográfica en España del vanguardista portugués Amadeo de Souza-Cardoso (Manhufe, 1887-Espinho, 1918). Este acontecimiento es el primero entre los que se anuncian en nuestro país para celebrar la Exposición Mundial de Lisboa del presente año. Es el primero, y está muy bien elegido, pues Souza-Cardoso, trágicamente desaparecido cuando apenas contaba 30 años, es realmente el padre de la renovación vanguardista portuguesa. No en balde marchó a París en la temprana fecha de 1906 y se integró en los círculos más inquietos del momento, en torno a la revolución cubista.La actual muestra recoge 54 obras, entre pinturas, acuarelas y dibujos, a través de las cuales se. puede seguir su breve, pero intensa y muy interesante, trayectoria, ya muy notable hacia 1908, por citar el momento de arranque cronológico de la exposición y donde se puede apreciar su meditada aproximación al cubismo.

Es a partir de 1911, sin embargo, cuando Souza-Cardoso da el gran salto, como la mayor parte de los primeros seguidores del movimiento inventado por Picasso y Braque. Me refiero a Gris, Delaunay, Léger, Duchamp y otros. De hecho, en esta segunda década del XX, Souza-Cardoso manifiesta una ansiedad experimental muy rica, con ecos del simultaneísmo, que finalmente se vio truncada por culpa de su prematura muerte.

Con el cataclismo de la I Guerra Mundial de por medio, que desbarató la naciente pujanza del vanguardismo parisiense y europeo, Souza-Cardoso regresó a Portugal, pero sin cejar en su beligerante actividad artística modernizadora, lo que le acarreó las dificultades que padecen los pioneros. Esta exposición, en todo caso, revela no sólo a una brillante figura local, sino a un notabilísimo pintor, imprescindible para entender los momentos aurorales de la vanguardia internacional.

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