Bill Gates presiona a los fabricantes mientras se enfrenta a la Administración

El Departamento de Justicia de Estados Unidos considera que la compañía Microsoft está burlándose de la orden judicial que le obligaba a eliminar de Windows 95 el navegador de Internet Explorer. El juez Thomas Penfleld Jackson ha escuchado durante dos días a los letrados de la defensa y de la acusación contra Microsoft y decidirá la próxima semana si impone a la compañía una multa de 150 millones de pesetas al día por no acatar la orden que él mismo firmó el pasado 11 de diciembre.

David Cole, vicepresidente de Microsoft y supervisor del programa Explorer, trató de convencer al juez Jackson de que es imposible separar un programa de otro. En una sesión a puerta cerrada, Cole intentó explicar al magistrado que sería culpa suya si Microsoft se viera obligado a comercializar una versión "alterada e incompleta" de Windows 95. "¿A usted le parece que la orden que yo dí les pedía que distribuyeran un producto estropeado?", preguntó el juez. "Así lo entendimos", respondió Cole.

Las comparecencias de los dos últimos días han servido para saber que el propio Bill Gates decidió presionar a los fabricantes de ordenadores una vez emitida la orden judicial: les obligó a decidir entre instalar la versión "prohibida" de Windows 95 o una versión alterada que no funcionaría por completo. El Departamento de Justicia lo considera una muestra de "prepotencia".