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El cianuro mató a Ramón Sampedro

Numerosos vecinos y familiares acompañan al tetrapléjico en su entierro

Xosé Hermida

, El cianuro terminó con la vida de Ramón Sampedro, el tetrapléjico gallego que pleiteó sin éxito durante cinco años para ganarse su derecho a morir dignamente. Los forenses de Santiago confirmaron ayer la presencia de este mortal veneno en el cadáver. Forzosamente, Sampedro recibió ayuda para ingerirlo, ya que era incapaz de valerse por sí mismo siquiera para tomar una pastilla. La muerte de Sampedro ha abierto la polémica de la eutanasia. El PSOE, que el martes expresó su rechazo a ella, rectificó ligeramente ayer y aceptó el debate social propuesto del PP.

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Un veneno amargo fácil de encontrar

El análisis forense ha sido tan concluyente que se descarta una segunda autopsia. "Murió por una intoxicación de sales cianuradas procedentes de algún compuesto sódico o potásico", declaró ayer el médico José Blanco Pampín, del Instituto de Medicina Legal de Santiago, quien tampoco puso en duda que Sampedro recibiese ayuda para consumar su suicidio. "Parece obvio", agregó el forense. Cuando se realicen análisis más detallados se podrá determinar la dosis de cianuro ingerida o precisar más su composición, pero el dictamen sobre las causas de la muerte es ya definitivo.Todo hace indicar que Sampedro, de 55 años y tetrapléjico desde los 26, cansado de esperar por una solución legal imposible mientras en España no se regule el derecho a la eutanasia, decidió obrar por su cuenta con, la connivencia de alguna persona próxima a él.

Investigar las visitas

En noviembre resolvió abandonar el domicilio familiar e Instalarse en un piso alquilado en Boiro (A Coruña), distante unos 30 kilómetros de su municipio natal de Porto do Son. En los últimos días recibió diversas visitas en su casa, a la que tenían acceso al menos tres personas: su amiga Carmen, que le ayudó a realizar la mudanza; una hermana de ésta, Guadalupe, que acudía a diario a cuidarle y descubrió el cadáver la mañana del pasado lunes, y otro asistente.La Guardia Civil investiga si alguien pasó en el domicilio de Sampedro la noche del domingo al lunes, cuando se produjo su muerte. El juzgado de Instrucción número 2 de Ribeira, encargado del caso, se mantiene hermético y no ha confirmado los insistentes datos sobre el hallazgo de un vídeo y unas cartas en las que supuestamente Sampedro explicaba la decisión que había tomado y exculpaba a las personas de su entorno.

Lo que sí parece cierto es que el tetrapléjico planeó su muerte cuidadosamente para evitar un mal trago a la familia y facilitar que las personas que colaboraron con él dejasen las menos pistas posibles. El nuevo Código Penal ha suavizado las penas por el delito de auxilio o inducción al suicidio, pero aun así si alguien es declarado culpable puede recibir una condena de entre seis meses y seis años de prisión menor.

Lo que no logró Ramón Sampedro es que se cumpliese su voluntad de ser incinerado. La familia prefirió enterrarle en el cementerio de su parroquia, Santa Mariña de Xuño, con una ceremonia religiosa, pese al declarado agnosticismo del fallecido. El funeral estaba previsto para el pasado martes, pero se aplazó hasta la mañana de ayer por complicaciones legales.

Unas 300 personas, entre vecinos y familiares, acompañaron el ferétro de Sampedro. El más afectado era su padre, Joaquín, de 92 años, quien ofreció algunas desgarradoras muestras de dolor.

El párroco, Manuel Nemiña, muy respuetuoso con Sampedro pese a las creencias de éste, subrayó en la homilía la disposición de Dios a acoger en su seno a todas las personas. En los recordatorios del entierro, la familia incluyó una irónica oración a Santa Rita compuesta en gallego por el propio Sampedro, en la que éste clamaba contra el destino que le condenó a vivir 29 años encamado: "Miña Santa Rita querida/ Santa Riiita, Santa Riiita/ dígalle a quen vostede sabe/ que o que se da non se quita/".

Código "timorato"

Los vecinos también se mostraron respetuosos con la decisión de Sampedro e incluso el primer teniente de alcalde de Porto do Son, el nacionalista Gonzalo de Lucas-Lema, dijo que había personas dispuestas a autoinculparse si la justicia acusa a alguien de haber colaborado. El alcalde del. pueblo, el socialista Ramón Quintans, lamentó que Sampedro hubiese muerto sin ver cumplida su aspiración de que se reconozca el derecho a la eutanasia.Tal cosa no debe hacerse salvo que sea consecuencia de una debate social, según el portavoz en el Congreso del PSOE Juan Manuel Eguiagaray. "La cuestión sigue abierta, tanto en Europa cono en Estados Unidos", añadió Eguiagaray, que el día anterior reaccionó a la muerte de Sampedro rechazando de plano la eutanasia activa.

Un comunicado de la Asociación pro Derecho a Morir Dignamente pedía también ayer "un amplio debate nacional para que, de una vez, quienes así lo deseen, puedan sin temor ser dueños de su último destino".

En dicho comunicado, esta asociación que preside Salvador Pániker y que asesoró legalmente a Sampedro en su larga e infructuosa batalla legal por la eutanasia tacha de "timorato" el Código Penal elaborado por el anterior Gobierno socialista. "Un Código Penal que impide a los médicos ejercer el sabio arte de ayudar a bien morir a enfermos terminales que piden un final rápido e indoloro para concluir su padecimiento". Que Sampedro "haya puesto fin a su vida", dice también el manifiesto, "nos produce una enorme tristeza, pero también el respeto que se debe a la libertad y a su sufrimiento".

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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