Femenino y flamenco en el festival de Logroño

, Después de tres horas, ni más ni menos, y por el carril que marcaron las bulerías, alegrías y tangos, principalmente, la noche acabó en fiesta flamenca. Contra el frío reinante, como dijo un logroñés, "¡flamenco!". Ni sobró tiempo ni faltó, y el espectáculo del teatro Bretón embrujó la noche. Sobre el escenario tres cantaoras (Ginesa Ortega, Esperanza Fernández -y RemediosAmaya) y una bailaora, Sara Baras, todo femenino. Femenino. y joven. Pureza y nuevos tiempos. La gran actuación disparó los jaleos en la penúltima jornada de Actual 98.

Y como en los grandes duelos toreros, las reinas compitieron. Dejaron a su espalda el micro y tomaron al público por la pechera. Lanzada Esperanza Fernández, gitana de Triana, con salero, comenzó con un martinete y a partir de ahí tientos, tangos, soleás, alegrías y bulerías descorcharon la fiesta. Fernández demostró su entereza. Compás, armonía y temple, y su gran personalidad, la pusieron a la altura de Remedios Amaya. María Dolores Amaya Vega, sevillana, 35 años, es ya una realidad en el flamenco. Su voz está totalmente perfilada. Apuntó que su estilo es puro aunque con "una chispita de música moderna", una mezcla que gusta y que atrae a los tablaos a la gente joven. El reino de las forclóricas de antaño vuelve, como presagian los entendidos, y el flamenco se hace un hueco entre los gustos de la juventud.

Duelo mágico

Amaya, aquella que interpretó la canción Quién maneja mi barca en el Festival de Eurovisión, se presenta en la actualidad con un nuevo disco. Me voy contigo ha vendido en un año 70.000 copias. Este disco trae con el fondo de la rumba, tres temas de bulerías, otros tres de tangos, uno de tanguillos y uno de jaleos, es decir, cante jondo. Pero sin olvidar sonidos modernos y actuales. El duelo mantenido con Esperanza Fernández fue espectacular. El cante en el centro del ruedo y el micro atrás, junto a tablas. Las dos recibieron grandes ovaciones.Otra gran cantaora, la que abrió la noche, Ginesa Ortega, no pudo percibir a priori las ganas del público. Hija de payo y gitana, 30 años, Ortega reúne en la sangre magia gitana y árabe. Sin arrinconar lo puro, sabe conectar con la realidad. Pero en su actuación, tuvo que esperar las réplicas de la noche para demostrar todo lo que lleva dentro. La que no se distrajo fue la bailaora Sara Baras. Envalentonada con su triunfo reciente en el-teatro del Chatelet de París, Baras puso la electricidad vital de las grandes bailaoras. Su fino continente cortó el escenario de derecha a izquierda, sacando a la luz una gran expresividad corporal.

Al final, y después, de tres horas, más de una veintena de artistas acabaron tocando palmas, bailando y cantando, en una fenomenal noche de flamenco. No acabó ahí la sesión de Actual. La madrugada de ayer cumplió con la cita del maratón cinematográfico: Atómica, de David Menkes y Alfonso Albacete; El crimen desorganizado, de Paddy Breathriach; y Pink Flami-ingos, de John Waters.