Desplome financiero tras el triunfo de Kim Dae Jung
El nuevo presidente de Corea del Sur llama a la unidad nacional para hacer frente a la crisis
Kim Dae Jung ha pedido sacrificios y la unidad de todo el pueblo surcoreano para sacar al país de la grave crisis financiera, pero las primeras reacciones a su triunfo en las elecciones del jueves no otorgan un cheque en blanco al veterano disidente de a oposición. Los mercados dieron ayer una bofetada al presidente electo, que no sumirá el poder hasta el próximo 25 de febrero. Tras dos días de ligero alivio en las fuertes sacudidas anteriores, la Bolsa de Seúl perdió ayer un 5,13% y la moneda local, el won, se depreció en un 10%. El presidente electo, de 74 años y pasado político populista, reiteró el compromiso de cumplir el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). "No queda otra a para sobrevivir", declaró en su primer discurso.
Kim es consciente de que con apenas una diferencia de 390.000 de votos -el resultado final de su victoria frente al ex magistrado Lee Hoi Chang-, necesitará del apoyo de todas las fuerzas políticas para gobernar. En su primera declaración institucional manifestó que ofrecerá cargos a personas capaces, independientemente de su trayectoria política. La jefatura del Gobierno recaerá seguramente en Kim Jong Pil, su aliado circunstancial, cuya colaboración durante la dictadura militar y su responsabilidad en las actividades pasadas de los servicios secretos despierta recelos entre los colaboradores de Kim. Rhee In Je, el ex miembro del partido gobernante que quedó tercero en los comicios, ha declarado estar dispuesto a colaborar con el nuevo presidente. El partido de Kim no cuenta con la mayoría en el Parlamento y tendrá que pactar leyes con el hasta ahora partido en el poder en una cohabitación que jamás ha existido en Corea.La declaración institucional de Kim estuvo marcada por varios mensajes de calma a la comunidad financiera internacional, llamamientos a la unión del pueblo -"por favor, ayudadme, porque sin vuestra ayuda será imposible superar la crisis"- y a la defensa de la economía de mercado, así como a la eliminación del regionalismo. Kim Dae Jung, el primer presidente de una región occidental, tiene la oportunidad de acabar con el desequilibrio que ha dividido en dos al país desde hace medio siglo. Estas últimas elecciones han reafirmado esa brecha.
EE UU, Japón y el FMI
El futuro jefe del Estado habló ayer con el presidente norteamericano, Bill Clinton; el primer ministro japonés, Ryutaro Hashimoto, y el director gerente del FMI, Michel Camdessus. A los tres subrayó que respetará sin condiciones el acuerdo de saneamiento suscrito con el FMI, otras instituciones y un grupo de países por un monto de 57.000 millones de dólares (ocho billones y medio de pesetas). Para lo cual se comprometió a continuar el desarrollo de las medidas para reestructurar el sistema financiero, liberalizar la economía y flexibilizar el mercado laboral.La quiebra de muchas empresas presas dejará en la calle el año que viene a por lo menos un millón y medio de personas, con el consiguiente peligro de que estallen conflictos en la calle. Kim quiere defender el empleo y sostener más a las pequeñas y medianas de empresas, pero no ha explicado cómo lo hará.
En la Bolsa, los inversores nacionales se mostraron muy poco interesados en realizar operaciones de compra. El won, que había percibido una ligera mejoría tras la decisión del Gobierno de dejar que fluctuara sin limitaciones, se depreció un 10% respecto al dólar. Pero no todo eran malas noticias. El FMI entregaba ayer al Banco de Corea el segundo tramo de un crédito puente de 21.000 millones, un monto de 3.600 míllones de dólares que Seúl deberá pagar a un interés de más del 7%, tres puntos por encima de lo normal. El organismo internacional a librado ya anteriormente otra suma por un valor de 5.500 millones. Camdessus ha manifestado que el Gobierno surcoreano está comenzando a aplicar la receta, pero que dependerá de su esfuerzo salir del túnel. Ayer un banco de inversiones suspendía temporalmente operaciones por quiebra. Once bancos de negocios tienen también cerradas las ventanillas, al igual que dos bancos comerciales y una firma de valores. Kim Dae Jung quiere viajar a Washington y Tokio para discutir de la crisis financiera del país, que sigue amenazado por la posibilidad de verse obligado a declarar una moratoria de pagos. El programa del FMI comenzará a notarse con toda su virulencia a partir del mes próximo, cuando entrarán en vigor las subidas generalizadas de los precios.
Kim Dae Jung debe tratar de devolver la credibilidad internacional perdida después de la mala gestión que el actual Gobierno realizó de la crisis financiera. Son cada vez más numerosas las voces de quienes insisten en que el traspaso de poderes debe adelantarse. Kim almorzará hoy con el todavía presidente, Kim Young Sam.
Más información en páginas 59 y 60
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