Industria admite el retraso de España en la reconversión del carbón
El secretario de Estado de Energía, Nemesio Fernández Cuesta, admitió ayer en Bruselas que España está aplicando con retrasos la reconversión que necesita el sector del carbón. "Es verdad que Alemania ha hecho todo lo que dijo que iba a hacer y España no", admitió en una conferencia de prensa minutos antes de entrevistarse con Pablo Benavides, el director general de Energía de la Comisión Europea que ha puesto en cuestión el plan de reconversión aprobado por el Gobierno.Fernández Cuesta discrepó de la interpretación que el vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, ha hecho sobre la carta de Benavides al admitir ayer que "supone una toma de posición inicial que no es positiva, pero lo contrario sería una ingenuidad", aunque se quejó de los "grandes aspavientos" que han provocado en España las objeciones de Bruselas al plan del carbón. Cascos había declarado que los reproches de la Comisión se refieren a planes anteriores, pero no al del periodo 1998-2002.
Razones sociales
El número dos del Ministerio de Industria defendió, sin embargo, los acuerdos firmados entre el Gobierno español y los sindicatos y discrepó de algunos de los reproches planteados por la Comisión Europea. Señaló, por ejemplo, que Bruselas no hace distinciones entre la reconversión de las empresas viables y las no viables, que se rigen por distintos artículos en el reglamento de la CECA (Comunidad Económica del Carbón y del Acero), y llegó a la conclusión de que la reducción de la producción en dos millones de toneladas planteada por Bruselas no es necesaria si se tiene en cuenta esa distinción. España prevé reducciones de 300.000 toneladas en cielo abierto y 266.000 toneladas en producción subterránea.A juicio de Fernández Cuesta, la Comisión olvida que los reglamentos de la CECA permiten tener una especial consideración al abordar los cierres de minas por razones sociales y territoriales, y recordó que Hunosa ha reducido su plantilla desde 25.000 trabajadores hasta 10.000 en siete años y que se perderán otros 30.000 empleos en el sector en cuatro años. "En Mieres y Langreo se ha perdido el 40% de los empleos de la población activa", recordó.
Pese a estas cifras,admitió que el carbón se va a convertir "en una negociación sistemática" en el futuro y se felicitó de que afecte también a un país tan poderoso como Alemania, lo que puede facilitar el logro de acuerdos satisfactorios. Fue entonces cuando admitió que España no ha tenido el mismo grado de cumplimiento.
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