La Iglesia cubana acusa al régimen de poner limitaciones a los preparativos de la visita papal
El Gobierno de Fidel Castro solamente se ha comprometido a proporcionar la mitad de los medios de transporte solicitados por la Iglesia cubana para garantizar la movilización de cerca de millón y medio de personas que, según cálculos de la Iglesia, podrían asistir a las cuatro misas que oficiará el Papa en las ciudades de La Habana, Santa Clara, Camagüey y Santiago de Cuba, durante la visita que realizará a la isla entre el 21 y el 25 de enero. Según el secretario general de la Conferencia Episcopal cubana, Emilio Aranguren, la cantidad de autobuses y trenes ofrecidos hasta el momento por las autoridades "es insuficiente" por lo que la Iglesia, que no tiene medios de transporte propios, se ha dado a la tarea de buscar vehículos privados. Fuentes eclesiásticas indican que ya se han encontrado 500 camiones particulares con que solventar el problemalogístico.
Aranguren, que es obispo de Cienfuegos desde hace dos años y representa al clero cubano en la comisión mixta Iglesia-Estado, creada en abril para preparar la visita del Papa, pone como ejemplo de esta "limitación" lo sucedido en su diócesis. "Nosotros pedimos medios de transporte para llevar a 12.000 peregrinos de Cienfuegos a Santa Clara [adonde el Papa viajará el día 22], y el Estado nos garantiza capacidad para 6.000", explica Aranguren en su primera entrevista con un medio de prensa extranjero en vísperas de la visita del Papa. Ambas ciudades están a 68 kilómetros de distancia.La Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista ha argumentado que su "disposición" es la de cooperar con la Iglesia "en todo lo posible" en este tema, pero señala que su colaboración estará condicionada por las dificultades materiales y la crisis que atraviesa el país, que afecta especialmente al transporte y al combustible. "Con lo ofrecido no se satisfacen todas las necesidades logísticas, pero al menos tenemos la garantía de que podrán viajar los miembros activos de las comunidades cristianas, ya que de otra forma también habría que inventar cómo poder hacerlo", dice en tono conciliador el obispo Aranguren, de 47 años.
Pero el problema del transporte no es el único que todavía está pendiente de "resolverse" cuando falta mes y medio para que se produzca la visita del Papa. El propio Aranguren, sobre quien recae buena parte del peso de las negociaciones con el Gobierno, reconoce que todavía hay temas importantes sobre los que aún no hay una respuesta definitiva.
Por ejemplo, el asunto, para la Iglesia muy relevante, de si este año las autoridades decretarán día festivo el 25 de diciembre. El año pasado, pese a la petición personal del Papa, no hubo fiesta el día de Navidad, y todavía La Habana no ha dado respuesta sobre lo que piensa hacer este año.
Sobre el tema del acceso a los medios de comunicación, ya existe un principio de acuerdo, aunque la Iglesia ha adelantado que no satisface sus expectativas plenamente. Según Aranguren, se ha concertado ya que haya una comparecencia en la televisión del arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, en términos aún por definir, y otra del propio Aranguren, "que será grabada previamente y emitida en programa. Hoy mismo", un informativo nocturno.
La comision eclesial ha solicitado también que se emitan por televisión antes de la visita algunos documentales sobre el Papa, a poder ser los que ha elaborado la propia Iglesia, y que las cuatro misas que oficie el pontífice en Cuba sean retransmitidas en directo. La respuesta a lo primero es que "todavía se está evaluando", y sobre lo segundo, lo único seguro hasta ahora es que las misas del sábado y el domingo "podrían" ser retransmitidas, aunque la "dificultad" es mayor en las que que caen en jueves y viernes, "porque por la mañana la televisión cubana no tiene emisiones"
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