Francia impone trabajadores de su país en la flota adquirida por armadores españoles
La Administración francesa ha aprobado una nueva ley reguladora de la pesca marítima por la que se pretende bloquear la actividad de una flota de 51 barcos con pabellón francés pero que han sido adquiridos en los últimos años por armadores españoles. Las medidas planteadas por la disposición francesa contemplan la obligación de que el 50% de los tripulantes de esos barcos sea de esa nacionalidad, que el 50% de los desembarcos de pescado se hagan en puertos de ese país y que la mayoría de las mareas (con los aprovisionamientos) salgan de puertos galos.Esta pretensión de las autoridades francesas es similar a la que desde hace unos meses quiere implantar también el Reino Unido contra los casi 80 barcos de las sociedades conjuntas. El Gobierno británico, tras una sentencia del Tribunal de Luxemburgo, deberá indemnizar con casi 18.000 millones de pesetas a esa flota por la adopción de medidas en 1.989 contra su libre actividad en aguas de ese país.
Contra la libre circulación
Para el responsable de pesca del PNV, Ricardo Gatzagaetxebarria, se trata de una disposición que atenta contra los principios más elementales de la normativa comunitaria en cuanto a la libertad de establecimiento y la libre circulación de mercancías. En su opinión, como en su día en el caso del Reino Unido, se están conculcando las normas más elementales del mercado único y ello supone una violación de las esencias de la construcción europea.En esta línea, desde el PNV se insta al Gobierno a defender ante los responsables de Bruselas los intereses de los armadores españoles en Francia.
Durante los últimos cuatro años, ante la existencia de unas cuotas insuficientes y su decidida vocación pesquera, armadores españoles adquirieron un total de 52 barcos de pabellón francés de los cuales 14 corresponden a empresas de Ondarroa, 17 a Pasaia y otros 21 a sociedades gallegas. En total, las compras supusieron unas inversiones cercanas a los 10.000 millones de pesetas.
Actualmente, en esos barcos hay unas tripulaciones españolas de 375 personas. Solamente es francés el capitán del barco según la normativa francesa, aspecto que también rechazan los armadores españoles. El más de medio centenar de barcos operan con las correspondientes cuotas de pesca francesas, y se dedican especialmente a la captura de merluza, gallo, rape o túnidos.
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