Victoria de los Angeles recibe el Premio Fundación Guerrero
En el juego siempre azaroso de los premios y premiados sucede que unas veces el premio honra a quien lo recibe, mientras otras el galardonado enaltece el mismo premio. Así, este año, el ya prestigioso Cervantes de la Música, instituido por la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero, vuela a las esferas en la voz de Victoria de los Ángeles, el milagro de la interpretación española en nuestro siglo. El galardón de la Fundación Guerrero, fallado ayer en Madrid, está dotado con 12 millones de pesetas.Es difícil olvidar aquel día -5 de marzo de 1945- en el que fuimos al teatro Calderón para escuchar a una cantante nueva, Victoria de los Ángeles López, que se presentaba en compañía del maestro italiano Annovazzi. Se tenían noticias de algunos conciertos anteriores en Barcelona, pero la verdad es que resultaba dificilísimo imaginar que quien cantaba esa tarde -Gluck, Haendel, Falla, Ravel, Respighi, Turina, Toldrá, Rodrigo- era un fenómeno de los que con verdad pueden llamarse irrepetibles.
La dicción más pura, la expresión más exacta, la técnica más perfecta, la melancolía más bruñida: así nos pareció Victoria de los Ángeles cuando, todavía, los cronistas le anunciaban "porvenires halagüeños" y otras nonadas. Del arte de Victoria de los Ángeles emana siempre un raro fluido, como cuentan que sucedía en el caso de María Malibrán. Pero el fluir victoriano es distinto del deslumbramiento malibranesco. En Victoria de los Ángeles triunfa un agudizado acento de veracidad que se intímiza en nuestro espíritu tras haber dominado nuestro pensamiento. En el recital, en la ópera, en la conversación o en el silencio, Victoria de los Ángeles institucionaliza la verdad. Su arte no degenera en artificio, su sentimiento jamás se toma sentimentalismo, su rigor de estilo nunca se viste con las galas de la erudición.Un gran espíritu
Para ella cantar es toda su vida y tan noble necesidad llena de sentido y de razón sus interpretaciones. Ramón Gaya, pintor y cantor de Victoria de los Ángeles, dice: "No es simplemente una gran cantante, sino algo más: un gran espíritu". Quizá por ello junto a la admiración despierta solidaridad. Al recibir un premio importante como el de ahora nos sentimos premiados todos, pues el arte, el espíritu y la vitalidad de esta singular barcelonesa forma parte de nuestra conciencia. La experiencia estética de escucharla, la fruición de cada una de sus notas y de sus frases constituye uno de los más importantes acontecimientos que la vida deparó a varias generaciones.
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