El actor Jordi Mollá debuta como escritor recreando 'Las primeras veces'
Sus personajes tienen aliento a kikos o se les pone dura como a un madelmán. Al actor Jordi Mollá (Barcelona, 1968) le vale "más una imagen que cien palabras". Con esa mentalidad, escribir Las primeras veces (Libros del Alma), su primera novela, se convirtió en un problema. "He tratado de describir las imágenes que tenía en la cabeza de la mejor manera posible. Normalmente veo más cine que leo libros. Era como si estuviera haciendo continuos flash-back", aseguró ayer el actor, que tiene El principito como libro de cabecera.
Las primeras veces cuenta cómo se enfrenta el pequeño Iván al primer amor, al primer beso, a la primera masturbación, al descubrimiento de los Reyes Magos.... De autobiográfica sólo tiene "los arranques de cada una de las historias" y el hecho de que el actor también tenía una bicicleta Orbea como la del protagonista.
Mollá empezó a escribir la novela en un hotel de París, mientras rodaba una película. La acabó en tres meses pero publicarla se convirtió en una pesadilla. El manuscrito cayó en manos de varios editores; unos le respondieron con una carta formal animándole a seguir escribiendo y el actor se desesperó tratando de comunicar por teléfono con los editores que no le respondían para tratar de buscar una respuesta, "pero estaban permanentemente reunidos".
La estructura
Algunos críticos le objetaron que flojeaba la estructura narrativa, pero el actor, que también escribe guiones, no está nada de acuerdo con esas versiones. "Lo de la estructura está bien cuando escribes un guión de una película con intriga, donde todo debe estar medido al máximo, pero no todo tiene que ser así. Me gusta que las cosas fluyan de un lado para otro y que las cosas pasen porque sí". Así lo entendió Javier Bellot, editor de Libros del Alma, quien se quedó con la obra nada más leerla, aunque, asesorado por su equipo de lectores, le pidió que la cortara un poco "y que fuera más al grano".Tampoco está de acuerdo el actor con que se considere Las primeras veces como una novela. Para Mollá se trata de relatos con un mismo protagonista. Lo de escribir se ha convertido para el protagonista de La buena estrella en una necesidad tan fuerte como la interpretación. A diario trabaja en el ordenador sobre posibles guiones.
Mollá tiene dos películas pendientes de estreno: El pianista, de Mario Gas, donde interpreta a un tipo totalmente teatrero que vive de interpretarse a sí mismo, y Los años bárbaros, de Fernando Colomo, en la que hace el papel de un idealista. El actor se encuentra en uno de los mejores momentos de su carrera, aunque como actor, dice, tiene mucho que aprender. "Un actor siempre tiene que admirar un poco a su director. A mí me gusta mirarles cuando no me miran y cuando les veo con la mirada perdida me encanta. Ése es el momento en que me hago amigo de ellos". Tras diez años de trabajo, lo que le apetece ahora es trabajar con Carlos Saura o Álex de la Iglesia.
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