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Los argelinos eligen hoy a sus representantes locales en medio de acusaciones de fraude

Juan Carlos Sanz

Todos los partidos que concurren hoy a las primeras elecciones municipales y provinciales que Argelia celebra en siete años han aireado la acusación de que se avecina un fraude en las urnas. Todos menos la Agrupación Nacional Democrática (RND), el partido del presidente Liamín Zerual, se preguntaban ayer dónde iban a pasar la noche las 1.800 urnas itinerantes que han estado recorriendo desde el lunes centenares de aldeas y campamentos de nómadas. Muchos argelinos, sobre todo los que acuden cada día con bidones a abastecerse de agua en las fuentes, se preguntan para qué sirve votar en unos comicios cuyos resultados dicen conocer de antemano.

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Las elecciones tienen lugar en medio de un clima de violencia marcado por las recientes matanzas de civiles y las operaciones militares en curso a. las mismas puertas de la capital, Argel.El vencedor de los comicios locales de junio de 1990, el Frente Islámico de Salvación (FIS), sigue proscrito desde hace más de cinco años. Sus líderes en el exilio han dado la orden de boicotear las elecciones. Entre los votantes islamistas, esta consigna contribuirá a engrosar las filas de los abstencionistas en Argel y el centro del país. Sin embargo, gran número de partidarios del FIS pueden dar su apoyo a Ennhada, el más radical de los dos partidos islamistas legales y ampliamente implantado en el este de la atribulada nación norteafricana.

Son cerca de dieciséis millones los votantes convocados hoy a elegir, mediante un sistema proporcional, a sus concejales, o miembros de las 1.500 asambleas comunales populares (ayuntamientos) o diputados provinciales, en las 48 asambleas populares de wilaya (provincia). Pero apenas seis de los 37 partidos en liza parecen tener probabilidades de superar el listón del 7% de los sufragios y obtener resultados significativos en el conjunto de país, aunque sólo dos de ello -el RND y el Frente de Liberación Nacional (FLN, antiguo partido único)- presentan candidatos en todas las circunscripciones.

Previsiblemente, ambas formaciones políticas constituirán la mayoría en el nuevo Consejo Nacional (Cámara alta), dos tercios de cuyos miembros serán elegidos indirectamente por los representantes locales surgidos de los comicios de hoy.

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Además, el presidente Zerual tiene el privilegio constitucional de asegurarse el control del Consejo Nacional, con poder de veto sobre la Asamblea Nacional Popular (Cámara baja, elegida el pasado mes de junio), al designar directamente al resto de los senadores.

Los grupos de la oposición, a los que se sumó esta vez el FLN, concluyeron el pasado martes la campaña con denuncias contra los preparativos del régimen de Zerual para garantizare el control del poder local.Hay presidentes de mesas electorales analfabetos, desaparición. de papeletas de los colegios y, sobre todo, ausencia de control sobre las 1.800 urnas itinerantes que van de aldea en aldea en busca del voto de la población rural más diseminada, incluso en wilayas, densamente pobladas, como Blida, en el centro, y Skikda, en el este.

El Movimiento de la Sociedad por la Paz (MSP), del jeque Mahfud Nahna, sigue siendo el principal partido islamista reconocido por el régimen argelino, con el que colabora de hecho con su presencia en dos carteras del actual Gobierno de coalición. Pero desde las presidenciales de 19951 en las que recibió una cuarta parte de los sufragios, Nahna no ha hecho más que perder peso electoral. En las legislativas de junio ya recibió un castigo a su política de equilibrista, a caballo entre el poder y la oposición, y el MSP cayó al 15% de los votos.

Protestas laicas

Pero las principales quejas contra las maquinaciones en las urnas proceden de las filas de la oposición laica, el Frente de Fuerzas Socialistas (FFS), de Ait Ahmed, partidario del diálogo con el islamismo, y de la Agrupación por la Cultura y la Democracia (RCD), del antiintegrista Said Sadi. Ambos se disputan, por otro lado, el voto en las principales zonas urbanas del centro del país y en la Cabilia, la región con mayoría de población bereber. Sadi no ha dudado en afirmar en el cierre de campaña que "el fraude [electoral] es una costumbre del régimen".Y mientras los políticos legalizados disputan la batalla de las urnas, los ciudadanos de Argel parecen mirar hacia otro lado. Hacia el cercano bosque de Bainem, donde el Ejército se libra a la caza de un centenar de guerrilleros de los Grupos Islámicos Armados (GIA). Ese es precisamente el lugar al que las autoridades no permiten acudir a los periodistas extranjeros venidos a cubrir los comicios locales, y a quienes en cambio se muestra, semanas ya después de las matanzas, los más sangrientos escenarios del horror en el triángulo de la muerte que rodea a la capital desde hace más de un lustro.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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