Juicio cuanto antes
EL FISCAL de la Sala Segunda del Supremo presentó ayer el acta de acusación correspondiente al sumario del caso Marey, que es el relativo al nacimiento de los GAL y en el que se dilucida, por tanto, la responsabilidad en la decisión de iniciar -o reiniciar- la guerra sucia. Ocurre esto 14 años después de que esas siglas aparecieran por primera vez: figuraban al pie de un escrito que sus secuestradores introdujeron en un bolsillo de Segundo Marey al liberarlo, el 14 de diciembre dé 1983, diez días, después de su captura en Hendaya por parte de unos mercenarios que lo confundieron con un miembro de ETA. La pesadilla que desde entonces ha estado pesando sobre la vida política española -hipotecándola- tardará todavía algún tiempo en desaparecer, pero al menos parece definitivamente encauzada hacia la vía judicial. Si no hay incidencias inesperadas, el juicio podrá celebrarse en el primer trimestre de 1998. Ojalá que también se aceleren los demás sumarios relacionados con la guerra sucia y no se cumpla el negro augurio de que tendremos caso GAL hasta el 2015.El instructor del Supremo, Eduardo Móner, ya había excluido de la lista de imputados a González, Benegas y Serra, citados junto a Barrionuevo en el escrito elevado por el juez Garzón al alto tribunal. El fiscal mantiene el nivel máximo de implicación en el ex ministro del Interior, acusado de pertenencia a banda armada (Móner decía "relación con banda armada", lo que no deja de ser un matiz), detención legal y malversación de fondos públicos. Las mismas acusaciones pesan sobre los procesados Vera, Sancristóbal, Damborenea, Álvarez y Planchuelo. La petición suma para estos procesados entre 20 y 23 años de prisión. Son, desde luego, peticiones elevadas. El resto de los procesados son policías que intervinieron en el secuestro de Marey.
Respecto a los hechos mismos, lo más sobresaliente de la versión del fiscal es la relación directa que establece entre el fallido secuestro del etarra Larretxea -acción de los GEO asumida por Barionuevo para salvar la vida del capitán Martín Barrios, secuestrado por ETA- y la contratación de mercenarios para las posteriores acciones de guerra sucia firmadas por los GAL.
El drama que entonces se inició ha marcado profunda y muy negativamente la vida española de estos años. No sólo políticamente. Sólo una resolución judicial que establezca de una vez por todas las responsabilidades penales podrá borrar las huellas que ese drama ha dejado en la convivencia. Por eso, quienes siempre estuvimos contra la guerra sucia abogamos por que el juicio se celebre cuanto antes, frente a críticos tardíos que parecen mas interesados en una lenta explotación política. Eventuales medidas de gracia que ayuden a cerrar la herida podrán contemplarse en su momento. Pero sólo después de que se pronuncie la justicia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.