Críticas a un centro de conservación de la foca monje
La liberación de dos crías de foca monje a 30 kilómetros de la colonia del Sáhara occidental por parte del equipo de veterinarios holandeses del centro de recuperación de focas Pieterburen ha sido un fracaso, como había advertido previamente el coordinador del proyecto Life español, Luis Mariano González, en su informe al Comité Científico de la UICN, para el seguimiento de esta especie en peligro de extinción. En su informe, González pedía que no se soltaran las focas porque probablemente morirían. Ahora una de ellas ha desaparecido y la otra está a 180 kilómetros al sur de Cabo Blanco y va a la deriva.Las crías huérfanas habían sido recuperadas -en una operación muy arriesgada- por los biólogos españoles en la mortandad que asoló a finales de mayo la colonia de Cabo Blanco, la más importante del mundo, reduciéndola de unos 315 ejemplares a menos de un centenar.
Divergencias
Cuatro crías huérfanas fueron entonces rescatadas- de la cueva y entregadas a las autoridades del centro de investigaciones pesqueras de Mauritania, organismo asesorado por el centro Pieterburen. Este asesoramiento ha dado lugar a frecuentes divergencias con los científicos españoles que trabajan bajo la cobertura de un proyecto de la Unión Europea. En la suelta del pasado 20 de septiembre, los biólogos españoles consideraban que estaban siendo puestas en libertad en malas condiciones, y en un lugar inapropiado por el afán de protagonismo de Pieterburen. Para, Rafael Herrero Massieu, coordinador de la Asociación para el Estudio y la Conservación. de la Foca Monje de Canarias, se trata de una situación inaceptable, sobre todo si se tiene en cuenta que es una de las 10 especies más amenazadas del planeta: "El centro de Pieterburen antepone sus intereses privados a criterios científicos y biológicos, para obtener subvenciones. La liberación se llevó a cabo a demasiada distancia de la colonia. Esta se encuentra en una zona militar y por ello fue descartada por los holandeses, al no poder introducir en ella cámaras de televisión".
Los biólogos españoles consiguieron que las autoridades mauritanas les dieran el visto bueno para "marcar" a las crías con un radiotransmisor y realizar el seguimiento por satélite y ahora han podido confirmar el fracaso de la operación.
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