Resurge el optimismo en la búsqueda de una vacuna contra el sida
En el interior de una clínica pequeña y casi sin ventanas en el centro de St. Louis, Tim Lynch intenta no prestar atención a la aguja de acero inoxidable que desenfundan a su lado. Lynch, que tiene 35 años y es homosexual, no está infectado con el VIH, el virus que provoca el sida. Pero si todo va bien, en las próximas semanas su cuerpo se comportará como si lo estuviera.Lo que le van a inocular son virus de la familia de los poxvirus, que causan la enfermedad en pájaros, pero son inofensivos para las personas. Cada uno ha sido modificado genéticamente para contener tres genes adicionales que normalmente sólo se encuentran en el VIH. El objetivo es introducir algunos de los sellos del VIB en el sistema inmune de Lynch, de forma que pueda desarrollar una 'Tuerza de choque" de anticuerpos y de glóbulos blancos capaces de combatir una infección, si ésta llega a producirse.
Lynch es una de las 2.000 personas que se han prestado en Estados Unidos a alquilar sus sistemas inmunes a la ciencia durante un periodo de meses o años, como parte de la investigación para desarrollar una vacuna contra el sida. Es una búsqueda que ha resultado ser inesperada y extremadamente difícil. Los investigadores han soportado tantas decepciones en la última década que algunos empezaron a pensar que su misión era imposible. El VIH se ha zafado de docenas de composiones experimentales. Mientras tanto, los avances se han visto obstaculizados por la falta de inversiones de empresas privadas dedicadas al desarrollo de Vacunas y por un programa federal de investigación que ha sido criticado por su falta de liderazgo.
Sin embargo, aproximadamente en el último año, se ha percibido un nuevo, aunque prudente, optimismo entre numerosos investigadores de la vacuna contra el sida. Utilizando fragmentos de información rescatados de experimentos fallidos, los científicos desarrollaron un perfil de una vacuna eficaz contra el sida, luego elaboraron y probaron vacunas de acuerdo con esos parámetros y las expreimentaron en humanos. Cada vez con más frecuencia, los resultados de esas pruebas han ofrecido más buenas noticias que malas.
Necesidad
Puede que también haya más voluntad política y económica. Este verano, el presidente Bill Clinton declaró como objetivo nacional la producción de una vacuna eficaz contra el sida en 10 años. "No va a ser fácil", comenta Patricia Fast, subdirectora de investigación para prevención y vacunas del Instituto Nacional para las Alergias y Enfermedades Infecciosas, principal responsable en la guerra del gobierno contra el sida. "Pero la idea de que es algo imposible", afirmó Fast, "ha desaparecido".
La necesidad de una vacuna contra el sida nunca ha sido mayor. Aunque los nuevos medicamentos están resultando altamente eficaces, a los científicos les preocupa que estos efectos beneficiosos no duren indefinidamente. Y en gran medida, los nuevos medicamentos no están disponibles o resultan prohibitivos en los países en vías de desarrollo, donde surge el 95% de los nuevos casos en el mundo.
The New York Times.
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