Torrente Ballester asegura que quiere escribir libros para los niños

Este verano, como no tenía nada mejor que hacer, Gonzalo Torrente Ballester (Ferrol, 1910) escribió por primera vez un cuento infantil, y le ha gustado tanto que anda dándole vueltas a un libro para niños. "Ahora me voy a dedicar a la literatura infantil", confesó ayer en un hotel madrileño, resistiendo con buena forma física y excelente humor la noria de entrevistas que le había preparado Planeta para presentar Los años indecisos, su nueva novela.

Torrente, de 87 años, no escribe ya novelas, aunque las publica, y no las escribe porque las dicta. "Cansa más dictarlas", dice. "También hablar de ellas. Escribir no me cansaba, aunque hace ya varios años que no escribo". Es consciente de que su obra mayor ya está hecha, aunque no renuncia a nada. "Yo qué sé, chico, si voy a escribir una obra mayor". Entre sus proyectos, insiste, está la literatura infantil, ¿por gusto o por edad? "Por gusto, desde luego, porque tenía ganas de hacerlo,- y este verano, por fin, me ha salido". Ya no está como para escribir su Don Juan, su libro preferido ("en eso no he cambiado, y tengo mis razones, que no tienen que ver con valores literarios"), La sagal fuga de J. B. El mito de Don Juan siempre le ha interesado, y al protagonista de Los años indecisos las mujeres no se le dan nada mal, aunque parece como si no se esforzara. ¿Habrá ahí algo del joven Torrente? "Para nada, nunca he vendido una esQoba". Se muestra rotundo, tal vez asomado al ojo de buey de su acreditada ironía. "Bueno, únicamente de mayor, de viejo, he tenid -0 algún éxito con las mujeres". Le envidiará, pues, aljoven periodista de su última novela. "Envidia no es la palabra, yo diría que en vista de que no tuve ese éxito que él tiene, se lo atribuyo a él; ten en, cuenta que él vive en pensión, y yo, entonces, con mis padres; ya me contarás".

Primeros trabajos

El joven Torrente estudió en Oviedo. En un periódico local ya desaparecido, El Carbayón, publicó su primer artículo, y en Madrid trabajó unos meses en un periódico anarquistoide, La Tierra, en la trasera del Informaciones. Como el joven sin nombre de Los años indecisos. "Hombre, yo he echado mano de todo lo que me hacía falta, como siempre. La imaginación del novelista trabaja sobre la experiencia y hace falta una base experimental para que la imaginación cambie, ponga o quite lo que haga falta". ¿Y qué hubiera pasado si el.joven Torrente-, como el de su novela, se hubiera,ido a Buenos Aires? "Que hubieran cambiado tanto las cosas... Alo mejor no era escritor y no estaríamos. aqui; pero yo para entonces ya me había casado".Más. de una vez ha dicho que la literatura es un virus contra el que no hay vacuna que valga, y tal vez por eso escribe, bueno, dicta, y no tanto por su cantinela habitual de los muchos hijos que tiene. "Es que yo no sé hacer otra cosa más que escribir. A mí me jubilaron de profesor, que no lo hacía mal, así que qué voy a hacer más que escribir,- en ferrolano, eso sí, como he escrito siempre". A Torrente, confiesa, le hubiera gustado ser marino, como su padre. "Siendo. ferrolano, tú dirás". Pero. no lo pudo ser. Como Franco. "Vas a comparara Franco le suspendieron en el ingreso; a mí me apartó la mala vista. A los 12 años supe que no iba a poder ser marino, así que me dediqué a otros menesteres". ¿Lo lamenta? "Pues no. De haber sido marino ya estaría muerto. Me sientan fatal los sitios húmedos. Escribiendo he podido vivir en un sitio seco como Salamanca. Alguna ventaja tiene escribir". Y eso hace, escribir¿qué? "¡Qué sé yo qué!: mis memorias, a lo mejor, aunque tengo mala memoria; pero qué te voy a decir, si a lo mejor me puedo morir esta tarde" (por ayer).