Un fuerte plaguicida que daña el ozono dejará de existir tras el 2015

La capa de ozono contará con un enemigo menos a partir del año 2005, cuando los países ricos y desarrollados pongan fin a la producción del bromuro de metilo, un gas fuertemente plaguicida y caro que se inyecta en la tierra para facilitar el cultivo de productos primorosos -fresas, flores, cítricos, semilleros, viveros- pero muy nocivo para el hombre y la capa de ozono. Los 162 países que han renovado el nuevo Protocolo de Montreal han adelantado en cinco años el calendario previsto para su eliminación en el primer protocolo.

Los ecologistas pedían acortar aún más las fechas para suspender la producción de bromuro de metilo. Pero las fuertes presiones de los fabricantes, justificadas en la necesidad de disponer de un tiempo prudencial para buscar sustitutos, han fechado el cierre definitivo de la producción en el año 2005, aunque no será hasta 10 años después cuando la comunidad internacional, incluidos los países en desarrollo, se comprometa a suspender la producción mundial de este producto.Después de los CFC (gases utilizados en la producción de frío y aerosoles), el bromuro de metilo es la segunda sustancia química que se destierra del mercado por el daño que causa al medio ambiente. Según los estudios aportados a la IX Reunión del Protocolo de Montreal sobre sustancias que agotan el ozono, el bromuro de metilo, además de plaguicida eficaz, es un tóxico nocivo para el sistema nervioso central, daña los pulmones, los riñones, los ojos y la piel. Muchos de los síntomas de una ex posición se parecen a los de una intoxicación por alcohol o drogas. Informes toxicológicos presentados en Montreal demuestran que los fetos de animales preñados expuestos a este pesticida padecen riesgos de malformaciones congénitas. En agosto del año pasado un trabajador fa lleció en la provincia de León, a causa de la inhalación de bromuro de metilo al entrar en unas instalaciones recién fumigadas, según un informe de Amigos de la Tierra.

Cáncer de piel

No acaban ahí sus efectos nocivos. Indirectamente, un átomo de bromo destruye 50 veces más moléculas de ozono que un átomo de cloro contenido en los CFC (clorofluorocarbonos) cuya produccion ya se ha eliminado en los países desarrollados, gracias al Primer Protocolo de Montreal (1987).

Y la disminución de la capa de ozono afecta a todos los seres vivos de la tierra, particularmente el hombre. Nadie cuestiona en la comunidad científica mundial que esa disminución reduce el filtrado de rayos UV que llegan a, la tierra. La mayor exposición a estos rayos conduce al aumento del cáncer de piel, las cataratas y la supresion del sistema inmunológico.

Un informe del ministerio de Medio Ambiente de Canadá dado a conocer en la reunión de Montreal evalúa los beneficios de la aplicación del primer protocolo en 24 billones de pesetas. Se han producido 20 millones menos de casos de cáncer de piel, se han evitado unas 350.000 muertes por esa enfermedad y se. habrán reducido unos 130 millones los casos de cataratas.

Además de comprometerse a la eliminación progresiva del bromuro de metilo, los países firmantes del nuevo Protocolo de Montreal han acordado (en la madrugada de ayer) crear un sistema de control del comercio de CFC. Se ha detectado -con ramificaciones en España- un mercado negro con origen en Rusia y los antiguos países de la órbita soviética, pero no entrará en vigor hasta el año 2000.

No hubo acuerdo sobre los HCFC (sucedáneos de los CFC). La Unión Europea pretendía eliminarlos en el 2015; Canadá y los Estados Unidos que se mantuviera el plazo ya existente, el 2030, como así sucedió. El Fondo Multilateral para impulsar actividades de eliminación del bromuro se dotará con 10 millones de dólares para este año y otros 50 distribuidos en los años 1998 y 1999.

Sustitutos

Los sindicatos UGT y Comisiones Obreras, así como las asociaciones ecologistas CODA, AEDENAT y Amigos de la Tierra han criticado la intervención en Montreal de la ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino (en la misma línea que sus homólogos europeos) por hacer creer a la opinión pública española que el Gobierno protege la capa de ozono. La ministra justificó su alineación con la política de la UE en que se tomará un tiempo la búsqueda de alternativas para el bromuro de metilo aunque hay países que ya han avanzado pasos en esta localización.

Pese a que no hay sustitutos para todos sus usos, sugieren el yoduro de metilo, la gestión integrada de plagas, la rotación de cultivos, el control biológico de los productos, combinaciones de pesticidas y plaguicidas.