La Comunidad concedió 63 millones para Ios cursos de "cata de aceite y periodismo"

La Consejería de Economía de la Comunidad de Madrid pensó que para promover el empleo en el sur nada mejor que organizar unos cursos de coste millonario sobre periodismo y "gastrocatadores" de aceite de oliva. Para ello concedió el proyecto a una desconocida asociación aceitera domiciliada en Teruel. Ahora se ha metido en un buen lío.En junio del año pasado, Economía aprobó una subvención de 163 millones para el pro grama de formación presenta do por la Asociación Pro Cultura del Olivo Mediterráneo, presidida por Petra María Secanella, profesora de Periodismo de la Universidad Complutense.

El proyecto consistía en 35 cursos de periodismo, cocina y catas de aceite de olivo mediterráneo que se desarrollaron entre junio y octubre de 1996 en Getafe y Alcorcón.

Se hizo en estas dos localidades porque la subvención pertenecía al programa del Fondo Social Europeo, que apoya a municipios que sufren declive industrial (situados en el sur y en el corredor del Henares).

Un año después de aprobada la subvención e impartidos los cursos, la Dirección General de Empleo, encargada del seguimiento de este proyecto, no ha pagado una sola peseta.

El problema principal que bloquea el abono de la multimillonaria deuda radica en una denuncia presentada en el Juzgado de Instrucción número 40 de Madrid contra Petra María Secanella por Marta Garrido y Carmen de Pablos. Ambas fueron socias de Secanella y la denuncian por falsificar un acta de la asociación para conseguir fraudulentamente la subvención de la Comunidad. La juez ordenó el pasado lunes a la Consejería de Economía que bloquease el pago de la subvención, según informó a este periódico el director general de Empleo, Javier Vallejo.

"No pagaremos hasta que haya resolución judicial", anuncia Vallejo. "Además, si no hemos pagado los cursos que se han impartido es porque las facturas que nos han entregado estaban llenas de irregularidades". María del Prado, abogada de Secanella, mostró ayer su sorpresa al conocer por este periódico que la juez había bloqueado el pago: "Nadie nos ha comunicado nada. La Comunidad aún no ha explicado el motivo del impago. Es muy extraño que por una denuncia particular se paralice el proceso".

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Este barullo jurídico apenas le interesa al portavoz de IU, Juan Antonio Candil, quien al conocer el escándalo desatado por el impago de la subvención estalló alarmado: "Es de una frivolidad preocupante que para promocionar el empleo en la zona sur de Madrid se subvencione un asombroso programa de cursos donde se mezcla el periodismo y las catas de aceite y participan, desde el jefe de cocina del hotel Palace hasta otros reputados cocineros de restaurantes de lujo, algunos del País Vasco y ninguno pérteneciente a la zona sur de Madrid". Candil denunció la "torpeza" de los responsables económicos del gobierno. "Al consejero de Economía, Luis Blázquez, se le llena la boca cuando habla de buscar nichos de empleo. En este caso no entiendo donde quería buscar los nichos... salvo que el aceite que probaron los gastrocatadores estuviera envenenado".El director general de Empleo, Javier Vallejo, todavía no había sido nombrado para el cargo cuando se aprobó la subvención pero asume lo que hicieron sus antecesores. "Se presentó este proyecto y, como venía avalado por el Instituto de Comunicaciones Avanzadas de de la Universidad Complutense, pensamos que era solvente".

Secanella explicó en su proyecto que los cursos que proponía su asociación aceitera los ejecutaría la empresa I+D Cultura del Olivo Mediterráneo, de su propiedad , y el Instituto de Comunicaciones Avanzadas, adscrito a la Facultad de Ciencias de la Información y en el que Secanella figura como presidenta ejecutiva. Secanella admitió ayer que el instituto "se encuentra en barbecho desde hace un año".

El portavoz de IU tampoco entiende por qué el presupuesto en concepto de amortización de material era idéntico para todos los cursos (400.000 pesetas). "Ahora resulta que cuesta igual una cámara para prácticas de televisión que una mesa de mezclas para hacer radio, o que un tipómetro para confeccionar una página de periódico".

Secanella replica: "La explicación es facílisima. En los cursos de televisión se funcionaba con Betacam; para el periodismo escrito, con ordenadores. Contábamos con aparatos de edición múltiples y variados". Y por lo visto, imputaron a todos exactamente el mismo coste. Pero Candil si gue haciendo preguntas: "Al parecer, los 500 estudiantes que recibieron los cursos salieron de la facultad de periodismo de la Universidad Complutense. Y sin embargo, el dinero era para forma ción ocupacional con vistas a la colocación de los parados de la zona sur. También podrían haber cogido a estudiantes del CEU o de la Universidad Pontificia". Vallejo recuerda que el programa del Fondo Social Europeo incluye a todas las universidades. El director general de Empleo señaló que todos los cursos habían sido inspeccionados por técnicos del Instituto de Formación Profesional de la Comunidad. "Dijeron que estaban bien", añadió.