Los partidos marroquíes denuncian el colonialismo
El termómetro de las relaciones hispano-marroquíes ha vuelto a ponerse en rojo. El detonante ha sido la celebración en Melilla del 500º aniversario de la ciudad española. Los primeros síntomas de calentura se vieron semanas atrás cuando los partidos de la Kutla, el socialista USSP y el nacionalista Istiqlan, comenzaron a agitarse y escribir en sus publicaciones denuncia tras denuncia del "colonialismo español" con su "ocupación anacrónica" de Melilla. "Desafío", "reto", "provocación", los calificativos se sucedían. Anoche, finalmente, todos los partidos de la oposición pidieron la devolución tanto de Melilla como de Ceuta a Marruecos.
La fiebre subió unos grados más cuando el periódico socialista Itihad Ishtiraki de hace diez días informó de que "marroquíes de Melilla piden al Gobierno de Rabat organizar una manifestación paralela en Nador", ciudad marroquí fronteriza con Melilla.Dos días después el mismo rotativo decía que "marroquíes de Ceuta demandan al Gobierno que organice una campaña de boicoteo de los productos del contrabando". En esos días se hablaba de hacer una manifestación ante el consulado español de Nador.
También el partido comunista (PPS) y la organización izquierdista OADP, se sumaron al coro de denuncias señalando la "inoportunidad" de las celebraciones. "España debe renunciar a la herencia franquista", titulaba Al Munadama, de la OADP.
La tensión fue rebajada por el palacio real marroquí cuando el pasado día 9 el ministro del Interior, Dris Basri, reunió a los partidos y sindicatos para leerles una directiva real. La decisión tomada por Hassan II era indiscutible: "Cualquier iniciativa debe ser tomada en un marco de concertación, de coordinación y en el interés supremo de la nación". En otras palabras, había que rebajar la tensión y dejarla en niveles controlables. "No hay que responder a la provocación concluía el semanario Maroc Hebdo.
Según fuentes de la oposición marroquí, el argumento principal esgrimido por el ministro Basri ante partidos y sindicatos fue que, al reaccionar de manera mesurada, Marruecos respondía al "mensaje" venido de M*adrid con la no aceptación por parte del Rey de España y del presidente del Gobierno, José María Aznar, a la invitación hecha por las autoridades de Melilla para asistir a los actos del quinto centenario. Los partipodrían manifestarse en locales cerrados.
Las formaciones políticas coaligadas en el Wifak, llamadas de la derecha gubernamental, realizaron ayer un mitin en Casablanca. El centrista Ahmed Osman hizo lo mismo en Marraquech mientras que los partidos de Kutla se manifestaron en el teatro Mohamed V, de Rabat.
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