La luz de la mezquita
La visita a la mezquita era obligada. Acompañados por guías que hablaban en español e inglés, el centenar de invitados a la I Conferencia Internacional Hacia un nuevo humanismo visitaron la iglesia islámica que se convirtió en centro catedralicio.Para la mayor parte de los asistentes era la primera vez que visitaba la mezquita con la nueva iluminación que ha seguido a los trabajos de restauración. Durante más de una hora, los historiadores españoles y los anglonorteamericanos recorrieron sobrecogidos las distintas estancias y asistieron humildemente a las explicaciones de los guías que les señalaban la tumba de Luis de Góngora y Argote, calificándole como uno de los personajes más singulares de las letras españolas.
"Cada vez que vengo encuentro algo nuevo", aseguraba Nicolás Sánchez Albornoz al concluir la visita a la mezquita, y "es absolutamente elegante", exclamaba maravillado Francisco Rico, que visitaba la mezquita por primera vez en su vida.
Fuera, en la calle, ajenos al movimiento de los historiadores, un músico tocaba el saxo y un joven con una muleta bajo el brazo rezaba una oración ante un altar de la Virgen María situado bajo un magnolio. "No se puede cambiar nada en esta ciudad", decía John Elliott maravillado ante la vida de esta milenaria ciudad cordobesa.
Los estudiosos de la España moderna también viven apegados a la actualidad, en especial la lingüística, como se pudo comprobar en el breve recorrido de tapas por los bares cercanos a la mezquita, donde fueron capaces de comprender la letanía de la oferta de los camareros y las especialidades escritas en las pizarras.
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