_
_
_
_

Mujeres de armas tomar en Hondarribia

Reto a la tradición del desfile masculino en la fiesta del Alarde que se celebra hoy

Maribel Marín Yarza

Derecho o tradición. Ellas apuestan por el derecho y la tradición adaptada a los tiempos. Rosario Iraola, Isabel Alcain, Arantza Altuna, Marian Emazabel..., todas pertenecen a Juana Mugarrietakoak (las de Juana Mugarrieta), un colectivo que el año pasado se constituyó para reivindicar el derecho de las mujeres de Hondarribia (Guipúzcoa), 14.000 habitantes, a desfilar en el Alarde de su pueblo como soldados. Hasta hace un año, los hondarribitarras dejaban atrás sus diferencias para unirse en esta marcha militar con la que cada año tributan homenaje a sus antepasados, cuyo arrojo sirvió en 1638 para poner fin al sitio francés.Los vecinos de la localidad se emocionan cuando llega el 8 de septiembre; sacan sus escopetas, pífanos y tambores y hacen del Alarde una gran fiesta. Desfilan un total de 21 compañías de barrio, con alrededor de 3.000 hombres y sólo 20 mujeres en su papel de cantineras.

La mayoría del pueblo apela a la tradición para mantener el Alarde como hasta ahora, pero Juana Mugarrietakoak se empeña en defender que las mujeres sienten su fiesta tanto como los hombres y que también quieren desfilar cada año. Son una minoría que no tiene el apoyo del pueblo.

"Por lo visto, nosotras no tenemos sentimientos, no sentimos el Alarde", dice Rosario Iraola. Esta es la misma sensación de impotencia que llevó en 1993 al colectivo de mujeres Emeki a trabajar por lograr que las mujeres desfilen como escopeteras en el Alarde. Realizaron una encuesta que arrojó un resultado desesperanzador para ellas: el 70% de la población no veía con buenos ojos el desfile de la mujer si no era en su papel tradicional de cantinera. Entonces se lanzaron a pedir reuniones para tratar el asunto con la Junta de Mandos, integrada por todos los representantes de las compañías. "Pero se negaron a recibirles", dice Isabel Alcain.

Tras el conflictivo Alarde de la localidad vecina de Irún de 1996 -inmerso en el mismo debate social-, otras mujeres de Hondarribia formaron su propia asociación, Juana Mugarrietakoak. Hicieron suyo el nombre de la capellana de la ermita de Guadalupe, patrona de Hondarribia, que guardó la figura de la virgen durante el asedio francés. "Nos recibió una comisión, pero dijeron que no veían pertinente la incorporación de las mujeres en las compañías de sus barrios".

La negativa las desmoralizó, pero en lugar de echarse atrás trataron de imponer su postura a la fuerza. Pese a que el pueblo no las quería en el desfile, intentaron sumarse a las compañías del Alarde el 8 de septiembre. El resultado fue nefasto para Hondarribia porque no tuvieron la fiesta en paz. Su intentona se tradujo en empujones, abucheos y presuntas agresiones que hoy están aún sin resolver en los tribunales.

Son mujeres de Hondarribia: amas de casa, enfermeras, licenciadas en psicología, estudiantes, paradas, de edades que van desde los 17 hasta los 53 años, quienes quieren abonar la transformación de su Alarde para el futuro. Es un colectivo que se autodefine como plural, frente a algunas voces que las sitúan en la ideología de Herri Batasuna y las acusan de querer desestabilizar las fiestas.

"En nuestro colectivo hay gente de HB, igual que del PNV, de EA o del PSE-EE, es una muestra de la representación municipal en nuestro consistorio", dice una portavoz del colectivo. "A quienes defienden el Alarde tradicional les viene muy bien esta excusa para desprestigiarnos, sobre todo después del asesinato por ETA de Miguel, Ángel Blanco".

Además, añaden, "¿acaso las reivindicaciones no son justas porque las reivindique HB?". Lo cierto es que aunque en el Parlamento Vasco todos los partidos políticos apoyan a Juana Mugarrietakoak, en el ámbito local HB es el único que está con ellas, aunque su militancia está dividida ante la cuestión.

Las negociaciones que se han hecho a lo largo de todo el ano no han servido para nada. El alcalde de la localidad, Borja Jáuregui (PNV), en un intento de conciliar los ánimos para hoy, lanzó una propuesta de negociación que fracasó. Mujeres de Hondarribia se manifestaron por las calles tras una pancarta que decía: "El pueblo quiere el Alarde de siempre". Ellas no se sienten discriminadas. "Nuestra participación es masiva en todos los actos que conmemoran y renuevan el voto a la virgen". No creen que se vulnere el derecho de las mujeres. Además consideran que se trata de "rememorar un hecho histórico en el que la mujer tuvo una participación distinta del hombre".

Isabel Alcain no está de acuerdo: "Nuestra reivindicación es participar en las compañías de nuestros barrios; en cambio renunciamos a ello creando una compañía mixta, Jaizkibel, igual que los veraneantes crearon la suya en 1940". Las mujeres saldrán a desfilar hoy con los hombres que las apoyan, pero de forma distinta al año pasado. "Nos encontraremos en Soroeta, iremos a buscar a nuestra cantinera a su casa y daremos los pasos que podamos hasta llegar a la Alameda para formar con las demás compañías. Si el general nos reconoce, desfilaremos en el Alarde; en caso contrario, volveremos a casa".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_