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50 encapuchados incendian las sedes del PNV y EA en la localidad guipuzcoana de Zizurkil

Aurora Intxausti

Medio centenar de jóvenes encapuchados intentaron sembrar el terror en la madrugada de ayer en la localidad guipuzcoana de Zizurkil al quemar con cócteles mólotov las sedes de dos partidos políticos, la de Eusko Alkartasuna (EA) y la del Partido Nacionalista Vasco (PNV). Además, los encapuchados tenían preparados otros muchos artefactos químicos para ser utilizados en sus violentas algaradas callejeras. En otro incidente violento, una docena de enmascarados queman un autobús en Usurbil, también en Guipúzcoa, tras forzar al conductor y a los pasajeros a abandonar el vehículo.

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Los ataques de la madrugada de ayer se producen después de que en Basauri se echaran el sábado a la calle más de 20.000 personas para protestar contra el asesinato por ETA del policía nacional Daniel Villar, que ayer fue enterrado en Orgaz (Toledo). A los habitantes de Basauri se unieron miles de vascos y navarros en docenas de ciudades en la primera protesta masiva en Euskadi tras el asesinato de un policía.La magnitud de las llamas en el incidente de Zizurkil obligó a desalojar a los vecinos del edificio en el que se encuentra ubicado el elkartetxe (sede de EA) ante el peligro de que sus viviendas pudiesen resultar afectadas por el incendio.

Los dos partidos, cuyo mobiliario quedó destruido, han emplazado a los representantes de HB, el brazo político de ETA, a que condenen los hechos y se desvinculen "de esta gentuza que está destruyendo el país".

El local de EA fue arrasado por la lluvia de bombas incendiarias. El batzoki del PNV fue atacado con menos artefactos y los daños fueron escasos.

Los agresores iniciaron sus ataques por las calles de la localidad, que se halla en fiestas, a las dos de la madrugada. "Estaban perfectamente organizados; cortaron el tráfico, incendiaron varios contenedores de basura y se encaminaron a los locales del PNV y EA", indicó un testigo.

En la sede de EA, según señalaron en ese partido, los atacantes obligaron al personal de limpieza a abandonar el recinto y luego lanzaron los cócteles mólotov. "De nada sirvió que les dijésemos que los pisos estaban habitados y que el inmueble era viejo y tenía la estructura de madera", señalaron.

Los concejales del PNV y EA de Zizurkil (municipio de 2.683 habitantes) han advertido que por ese camino no se puede seguir y que "la paciencia se está agotando, y estamos al límite"

Los ediles de ambos partidos han sufrido recientemente una campaña organizada de llamadas telefónicas en las que recibían amenazas. Ambos grupos instan "a la gente decente de HB, que la hay, a que se dé cuenta de que está apoyando a una mafia pura y dura, y que si no es parada por su propia gente puede acabar siendo parada por el conjunto del pueblo".

Agentes de la Ertzaintza localizaron una hora después de producirse ambos incendios medio centenar de cócteles químicos entre unos matorrales preparados para ser utilizados. La policía vasca cree que los 50 encapuchados tenían previsto sembrar el terror en la ciudad.

En Usurbil (Guipúzcoa), una docena de encapuchados obligaron al conductor de un autobús y a los pasajeros a abandonar el vehículo, después de lo cual rompieron los cristales y lanzaron a su interior varios artefactos incendiarios. Las llamas destruyeron por completo el vehículo de la compañia Eusko Tren, valorado en 30 millones de pesetas. La empresa recordó ayer que en noviembre pasado otro autobús articulado de su propiedad fue quemado en Azpeitia en un ataque similar, con una valoración final de daños cifrada en 35 millones de pesetas.

Por otra parte, los sacerdotes de Tafalla leyeron ayer, después de las misas en sus respectivas parroquias, un comunicado de apoyo al alcalde, Luis Valero, quien recientemente recibió amenazas anónimas de muerte si no abandonaba la localidad en un plazo de 30 días.

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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Periodista. Trabajó en EL PAÍS entre 1985 y 2021, tanto en la redacción de el País Vasco como en Madrid. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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