Dos mil personas acuden al funeral del policía asesinado por ETA
La última víctima de ETA, el policía nacional Daniel Villar, fue enterrada ayer en el cementerio de Orgaz (Toledo). Cerca de 2.000 personas acompañaron a su familia en el funeral que se celebró en la iglesia de Santo Tomás. Hubo crespones negros en los balcones y un silencio sólo roto por aplausos y vivas a la policía al paso del féretro. Los vecinos, que permanecieron a la puerta de la iglesia, abarrotada de público, recordaban que el pasado martes Villar se despidió de ellos. Terminaban sus vacaciones y regresaba a Basauri con su mujer y sus dos hijos, Alberto y Dani. Tres días después, una bomba-lapa colocada en su automóvil acabó con su vida.
El arzobispo de Toledo y prima do de España, Francisco Álvarez, ofició el funeral por "un agente de policía más, víctima de un artefacto terrorista, que deja una familia rota". En la homilía pidió a las fuerzas policiales que "acierten a reconducir el admirable mensaje que la inmensa mayoría de la sociedad está dando como respuesta del pueblo español que pide decísiones en el camino de la democracia". El arzobispo condenó enérgicamente la "violencia sin corazón", que envilece a sus autores cuando atentan contra los derechos más fundamentales, y confió en que los ecos del "no matarás" alcancen la conciencia de los que, de una u otra forma, colaboran conscientemente con la violencia. Al funeral asistió el director general de la Policía, Juan Cotino, acompañado por el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, y el delegado del Gobierno en la región, Carlos Moro. Cotino insistió en que el llamado espíritu de Ermua se mantiene con manifestaciones como la del pasado sábado en Basauri (Vizcaya) o la presencia de todo un pueblo, Orgaz, en el sepelio de Daniel Villar. Para el máximo responsable de la policía no hay que olvidar que son unos pocos los criminales que rompen familias y matan: "Eso es lo que hace el crimen", señaló.
Según Cotino, no hay que romper "ni por un minuto" la unidad de los demócratas contra el terrorismo, porque esa es la mejor manera, e imprescindible, para luchar contra esta "gran lacra de final de siglo". Y, para conseguirlo, el reto de la clase política es, añadió, trabajar quizá antes, más y mejor".
El delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Carlos Moro, confió también en que los violentos se den cuenta de que el camino de la muerte no conduce a nada. La esperanza para conseguirlo se encuentra en la unión que posibilita la democracia. Para ello pidió que "todos los responsables políticos y sociales dejen las diferencias y manifiesten la unidad".
Ese sentido de la unidad y de la solidaridad llevó al policía Daniel Villar a participar con su familia el pasado día 26 de agosto en la inauguración de una fuente en Orgaz, erigida en recuerdo de las víctimas del terrorismo tras el asesinato del concejal de Ermua, Miguel Ángel Blanco (PP). Orgaz es la localidad natal de la viuda de Villar, Socorro López, y era su lugar habitual para pasar las vacaciones.
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