Un informe británico acusa a la UE de ocultar la magnitud del problema de las 'vacas locas'
El pánico europeo frente a la difusión real de la amenaza de las vacas locas adquirió repentinamente ayer nuevos y alarmantes contornos con la denuncia de que los gobiernos del continente ocultan deliberadamente la verdadera magnitud del problema. Ello se añadió al miedo tras la dramática aparición del primer caso de una joven vegetariana que agoniza en un hospital británico once años después de haber consumido su último bistec.Horas después de que el Daly Telegraph, basándose en un informe oficial de investigación veterinaria, abriera su edición de ayer con la noticia de que los gobiernos de la Unión Europea sólo han registrado una sexta parte de los casos de pacientes afectados por el mal de Encefalopatía Espongiforme Bovina, conocida por su abreviación en inglés de ESB, y universalmente temida como la enfermedad de las vacas locas.
El informe, elaborado por tres eminencias en el tema -los doctores John Walesmith, jefe de epidemiología del laboratorio central del gobierno; Bram Schreuder, del Instituto de Zoología de Amsterdam, y O.C. Starub, del Centro Federal de Investigaciones sobre Enfermedades Virales en Animales- expone, en esencia, la amplitud de la diseminación del ESB en Europa.
En Irlanda, por ejemplo, los documentos oficiales mencionan 188 casos cuando en realidad son 911. Lo mismo en el caso de Francia, donde los casos oficialmente registrados ascienden a 28, cuando en realidad -dice el estudio- son 32. En España, siempre de acuerdo a esa fuente, hay 54 casos: directo contraste con la afirmación oficial de que no existe ninguno.
"La verdad es que nos encontramos en un período de obscurantismo total", declaró a EL PAÍS anoche Ole Isacsson, profesor de neurología de la Universidad de Harvard y uno de los más prominentes investigadores de las enfermedades de moderno descubrimiento que erosionan desde hace tiempo el normal progreso vital del cerebro humano. Isacsson comparte la curiosidad de los científicos británicos frente al nuevo y dramático desafío planteado por el caso de una inglesa vegetariana que contrajo la fatal variante de lo que se llama el mal de Creutzfelt-Jacob, aparentemente por hacer consumido carne infectada con el BSE hace once años.
[Todo ello coincide con la divulgación de una investigación del Parlamento europeo en la que se denuncia: la negligencia del Reino Unido a la hora de obedecer las directrices europeas que prohibieron hace año y medio la exportación de su vacuno para hacer frente a la crisis de las vacas locas. De hecho, informa France Presse, la pasada semana fueron de nuevo descubiertas en Alemania varias toneladas de carne británica exportadas a. este país ilegalmente. Ayer mismo, el Gobierno de Bonn exigió por ello a Bruselas medidas enérgicas contra el Reino Unido].
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