Kohl se une al coro de voces que piden reducir la aportación alemana a la UE

El canciller alemán, el democristiano Helmut Kohl, asegura, en una entrevista con la segunda cadena pública alemana (ZDF) emitida ayer, que se equivocan los que creen que él va a aceptar un euro blando y sacrificar la estabilidad por motivos políticos. Al mismo tiempo, Kohl insiste en la entrada en vigor en la fecha prevista, el 1 de enero de 1999, de la moneda única europea, en contra de su correligionario, el presidente de Baviera, Edmund Stoiber (CSU), quien no pierde ocasión de preconizar un aplazamiento. Sumándose a otras voces, el canciller declaró también que Alemania aporta demasiado a la Unión Europea.En la segunda entrevista desde su lugar de descanso, Kohl ha querido dejar claro que no habrá rebajas a la hora de iniciar la Unión Monetaria Europea. El margen de maniobra del canciller resulta cada vez más reducido ante el estrecho marcaje a que le someten sus hermanos de partido, los bávaros de la CSU y, sobre todo, el presidente Stoiber, a quien se atribuyen ambiciones de gobernar en Alemania.

Kohl ha querido reafirmar su voluntad de defender la estabilidad y dar un mentís a quienes especulan con un euro blando por motivos políticos, para dar entrada al mayor número posible de países. De las declaraciones de Kohl se desprende que la selectividad será estricta y de ningún modo un coladero: "No queremos un euro blando. Yo no apoyaré esa política".

Stoiber y Kohl afrontan en septiembre del año próximo elecciones y no pueden permitirse el menor asomo de vacilación a la hora de asegurar que el euro será tan fuerte como el marco. Por añadidura, Kohl se ha sumado al coro de políticos alemanes que advierten contra los pagos excesivos de su país a la UE. Igual que su ministro de Hacienda, Theo Waigel (CSU), y el mismo Stoiber, Kohl dejó claro anoche: "El volumen de pagos actual de Alemania [a la UE] es demasiado elevado. Esto es del todo indiscutible, y tenemos que trabajar para rebajar esa suma".