La ONU confía en la suavización del embargo a Irak para minar la dictadura de Sadam Husein

Altos dirigentes de las Naciones Unidas esperan que la suavización del embargo a Irak -mediante la Operación Alimentos por Petróleo de la Resolución 986 del Consejo de Seguridad de la ONU- sirva para hacer mella en la dictadura de Sadam Husein. Países vecinos de Irak y atemorizados por el régimen de Bagdad, como Kuwait, que sufrió la ocupación de las tropas iraquíes, son menos optimistas. Y aunque el régimen de Sadam Husein ha debido plegarse a la voluntad internacional concretada en la Resolución 986, parece mantener un férreo control de la situación interna.

La Resolución 986 ha permitido la entrada en Irak, en un semestre, de un millón de toneladas de alimentos a cambio de 2.000 millones de dólares (unos 300.000 millones de pesetas) producto de la reanudación, parcial y muy controlada por 142 observadores internacionales, de las exportaciones petrolíferas. Para el coordinador de la operación sobre el terreno, Staffan de Misura, busca insuflar "oxígeno para mantener con vida a un paciente".Otro alto cargo de la ONU, acogido al anonimato, considera que "es improbable que ese oxígeno beneficie también al Gobierno". Prevé que ayude a laminarlo, "porque cuando la gente tiene hambre, es difícil que se preocupe de otras cosas, como del régimen político". "Hay que esforzarse porque la operación funcione, porque con otras fórmulas la comunidad internacional no ha tenido mucho éxito" desde 1992, argumenta la comisaria europea de Ayuda Humanitaria, Emma Bonino, que acaba de visitar el país.

Menos optimista se muestra el Gobierno de Kuwait, seis años después de que el emirato fuese invadido por Sadam. "De ninguna manera se puede cooperar con ese régimen", declaró a EL PAÍS el primer ministro en funciones, jeque Saba al Ahmad al Jaber. Para él, siguen vivas dos consecuencias de la guerra: "La división del mundo árabe y el rencor que mantenemos, no al pueblo iraquí, sino contra su Gobierno, que mantiene aún 605 prisioneros de guerra kuwaitíes".

Al Jaber no comparte "una idea que quizá sustentan otros" [círculos políticos de EEUU], la preferencia por un Sadam debilitado frente a una alternativa desconocida, acaso de integristas islámicos. Pese a ello y a defender los derechos de la población kurda -cuatro millones de los 21 millones de habitantes del país-, Kuwait, como los otros vecinos y la comunidad internacional, juzga "básico, como árabes, que no haya secesiones" y ve soluciones al problema del norte kurdo "mediante una verdadera autonomía".

Aislamiento

Salvo el flujo de la Resolución 986, a través de Kuwait (un avión diario), la difícil porosidad de la carretera Bagdad-Ammán y las filtraciones fronterizas entre la zona kurda y sus vecinos Turquía, Irán y Siria, Irak es un país completamente aislado del mundo. Un simple recorrido desde Bagdad al norte -500 kilómetros- resulta casi imposible para sus habitantes. Realizarlo supone realizar decenas de controles en la carretera festoneada por centenares de imágenes del dictador y kilómetros de instalaciones militares. Un conjunto que ofrece la imagen de férreo control a cargo del régimen. "Es inútil preguntar, no se atreven a hablar de política", denuncia un observador internacional. Repetidos intentos corroboran esa impresión. "El régimen es implacable con los disidentes", confirma un diplomático.Seis años de total autarquía han revertido en el total envejecimiento de su incipiente aparato industrial y en la degradación del otrora alto nivel universitario. "Se ha perdido una generación de iraquíes", denuncia Serge, miembro de una ONG francesa dedicada a la enseñanza. El pueblo sigue pasando graves penurias, pese a que su suelo alberga la reserva petrolera más grande del mundo, 200.000 millones de barriles: una botella de agua mineral cuesta lo mismo que 570 litros de gasolina.

El bloqueo diplomático occidental apenas viene matizado por las oficinas de interés francesa e italiana. Y por la Embajada, nunca cerrada, de España. "Defendemos la integridad territorial iraquí, la suavización del embargo y la exigencia de que se cumplan las resoluciones de la ONU", resume el jefe de la misión diplomática española, Ignacio Rupérez, que impulsa los contactos económicos bilaterales. Una reciente entrevista en Nueva York entre el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el viceprimer ministro Tarek Aziz, los impulsó. Otros países -como Grecia- toman posiciones. Pero el embargo global seguirá mientras Bagdad incumpla la resolución de la ONU que le obliga a destruir todas sus armas de destrucción masiva.

Mientras, la Resolución 986, "ha ahogado la coartada de Sadam según la que los sufrimientos de su pueblo. provienen del bloqueo", indica otro diplomático. "Los observadores internacionales demuestran a los ciudadanos que no les hemos dejado solos", añade De Mistura, "en la operación más singular y ambiciosa de ayuda humanitaria que jamás hemos realizado".